Se realizarán una serie de actividades en la estación ferroviaria de Claypole en recuerdo del “sacerdote de los pobres”. Habrá charlas, talleres, misas y comidas comunitarias. Organiza el Pequeño Cottolengo Don Orione. Conocé el cronograma.
El 16 de mayo de 2004, el papa Juan Pablo II declaró como santo a Don Orione. Su vida y su obra fueron el testimonio indeleble de un evangelio encarnado entre los pobres de Jesús y de la Iglesia. Esa fecha se instauró como el Día de San Luis Orione.
La comunidad religiosa de Almirante Brown la celebra todos los años en homenaje al sacerdote. Es que, a 78 años de su partida, sigue dejando huellas en la ciudad.
El Pequeño Cottolengo, con el apoyo del Municipio de Almirante Brown, organizará una serie de actividades. Se llevarán adelante este sábado 19 y domingo 20, en la estación de trenes de Claypole. El predio está ubicado en avenida 17 de octubre 656.
En caso de lluvias, advirtieron que las jornadas se realizarán en la Parroquia Sagrado Corazón, sita en avenida Lacaze 3963. Todas las propuestas serán de acceso libre y grautito.
Este sábado, la iniciativa comenzará bien temprano. A las 9:30 habrá un desayuno comunitario; a las 13 un almuerzo y a las 20:30 una cena solidaria. Quienes deseen compartir un plato de comida podrán hacerlo sin cargo.
Ese mismo día, se instalará una “Carpa Misionera”. Funcionará de 14 a 17 con charlas, talleres de oración y juegos para los más pequeños. También habrá una misa al término de esas actividades.
Además, el domingo quienes asistan podrán escuchar la oración del Santo Rosario; y Lectio Divina, desde las 9. Mientras tanto, a las 12 se llevará a cabo una misa y bautismos.
El sacerdote Luis Orione fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia con el objetivo de que religiosos y laicos, unidos en un mismo camino, transformaran el mundo hacia una sociedad más humana.
Hoy, la "Familia Orionita", está convencida de que “sólo la Caridad salvará al mundo”. Por eso, pone su mayor esfuerzo en hacer de cada una de sus comunidades auténticos “faros de civilización”. Y, sobre todo, expandir esa solidaridad entre los más pobres.
Consideran que cada sacerdote, religioso, médico, educador, joven voluntario, cada persona con discapacidad, niño, trabajador o amigo de la Obra, son la expresión viva y comunitaria de este carisma que Dios confió a Don Orione, para ir a los últimos en nombre de la Iglesia.
