Lo reveló un informe de la OMS sobre naciones en vías de desarrollo. Alcanzan a todas las categorías de medicamentos desde antibióticos y vacunas hasta terapias oncológicas, cardíacas y psiquiátricas. También afecta a las drogas anestésicas, para la malaria, la diabetes o tratamientos de fertilidad asistida.
Un informe mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, en países como Argentina, uno de cada 10 medicamentos es falsificado o de baja calidad. Esto quiere decir que no tiene un efecto terapéutico.
Se trata de unos 30.000 millones de dólares en costos para los sistemas sanitarios de los países en desarrollo de medianos y bajos ingresos.
En América latina, estos productos están autorizados pero que no cumplen con la especificaciones. Un fármaco debería quedar fuera del circuito comercial cuando hubo un error en la producción, se degradó durante el transporte o el almacenamiento, o se venció.
Todas las categorías de medicamentos: desde antibióticos y vacunas, hasta terapias oncológicas, cardíacas y psiquiátricas.
Anticonceptivos y el misoprostol, un producto que se usa para inducir el aborto. También anestésicas o fármacos la malaria, la diabetes o tratamientos de fertilidad asistida.
En 2013, la OMS lanzó el Sistema Mundial de Vigilancia y Monitoreo de Medicamentos Fuera de Especificación y Falsificados (GSMS, por su nombre en inglés). Allí los países miembros y ONG humanitarias informan incidentes.
Desde entonces, se investigaron 1500 denuncias que demuestran cómo un producto puede recorrer una ruta internacional sin controles adecuados.
En un mapa que describe la distribución de esas denuncias, la Argentina aparece entre los países en los que circulan este tipo de productos.
Una proyección encargada a la Universidad de Edimburgo determinó que por año mueren entre 72.000 y 169.000 chicos por antibióticos falsificados o subestándar .
Además relevó que el 10% de los medicamentos que circulan en el mundo en desarrollo están en ambas categorías.
Otra proyección que hizo la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres determinó que, cada año, la falsificación o la falta de efectividad de los medicamentos para la malaria estarían causando entre 64.000 y 158.000 muertes extras en África. Es un costo de 38,5 millones de dólares en atención por la falla del tratamiento.
