Se trata de una nueva estrategia delictiva. Los criminales solicitan datos a los adultos mayores para confundir a las víctimas y programar visitas. Aconsejan no brindar información y mantener una comunicación activa con los familiares, además de realizar la denuncia al 911.
Pese a que los llamados extorsivos tienen larga data en la Región, los delincuentes reinventan sus estrategias. En Almirante Brown, se registraron falsos llamados provenientes de Anses con fines delictivos.
La información circuló a través de las redes sociales en los últimos días. Según exponen los brownianos, las comunicaciones no serían al azar. Es que, los criminales cuentan con una logística previa que les permite acceder a los datos del mayor y amenazar a sus familiares.
Se trata de una táctica que habilita a los atacantes a programar visitas y atacar los domicilios de las víctimas. Por eso, ante un llamado sospechoso desaconsejan brindar cualquier información que les pueda servir a quien se encuentra del otro lado del teléfono.
Los fraudes y engaños telefónicos suelen multiplicarse durante los fines de semana. Sin embargo, cualquier excusa es válida a la hora de inventar una estafa.
Existen recursos comunes que los delincuentes ponen en práctica a la hora de delinquir. Las conversaciones pueden comenzar simulando que un familiar sufrió un accidente, hasta que usted haya ganado un premio.
Desde la página de Facebook: "Adrogué queremos más seguridad" difundieron una serie de medidas a tener en cuenta.
Por eso se recomienda:
En septiembre, personal de la DDI de Lomas de Zamora detuvo a nueve personas implicadas en secuestros virtuales. Se dedicaban a amedrentar a las familias con la premisa de tener a alguno de sus allegados cautivos, usualmente a sus hijos.
De esta forma, simulaban la situación y exigían un rescate, dinero que obtenían en puntos de intercambio. Se detectaron casos en Almirante Brown, Lomas de Zamora, Quilmes, Avellaneda y Esteban Echeverría.
Tras una intensa labor de investigación, lograron capturar a los principales integrantes, ocho hombres y una mujer. Fue a raíz de siete allanamientos y una serie de escuchas telefónicas. Los criminales operaban desde Santa Fe y Capital Federal.