Así lo informó la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo frente a la Corte Suprema de Justicia. Declararon no saber cuándo terminarán las obras. Argumentaron que "el retraso en la construcción se debió a la falta de servicios básicos en los terrenos".
La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) reconoció esta semana un fuerte atraso en el plan de saneamiento que viene implementando en el arroyo. Sólo se construyeron 22% de las viviendas destinadas a reubicar a las familias que viven allí.
La Corte Suprema de Justicia había ordenado la limpieza del Riachuelo en julio de 2008. En consecuencia, en unos meses se cumplirán diez años del fallo. La propuesta de ACUMAR era llevar a cabo diferentes acciones con el objetivo de mejorar “la calidad de vida de los habitantes”. A su vez, el proyecto aspiraba a lograr la “recomposición del ambiente”, tanto en lo que respecta al agua como al aire y el suelo.
Sin embargo, el organismo declaró este miércoles frente al tribunal que sólo se realizaron 3.992. Esto representa el 22% del total, ya que se habían pautado la construcción de 17 mil propiedades.
Los nuevos edificios tienen como objetivo reubicar a las 13 mil de familias que se ven expuestas todos los días a la contaminación del Riachuelo. Este nace en la Provincia y constituye el límite Sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En consecuencia, el arroyo atraviesa varios municipios de la Región, entre ellos Almirante Brown. De hecho, a finales del año pasado, Burzaco fue sede de la audiencia de ACUMAR. En el Centro de Arte y Cultura Enrique Santos Discépolo, se debatió el “Protocolo de Abordaje Social de procesos de reurbanización y relocalización de villas y asentamientos de la Cuenca”.
En el encuentro, estuvo presente el intendente Mariano Cascallares. Además, participaron referentes de organizaciones barriales y vecinos, quienes expresaron su opinión sobre el informe presentado por ACUMAR.
La presidenta del organismo, Dorina Bonetti, afirmó que el principal inconveniente fue que no se tomaron en cuenta las “características del terreno” a la hora de plantear los plazos. El lugar no contaba con la infraestructura necesaria para brindar las prestaciones fundamentales .
"No se entregan viviendas si no están los servicios básicos asegurados. Esto tiene que ver con la dilación de los tiempos por la cual no se pudieron entregar muchas viviendas", explicó la titular.
Pero el dato más alarmante es que ACUMAR declaró no saber cuándo podrán finalizarse las obras. Esto enfureció al tribunal, sobre todo a la jueza Elena Highton. La magistrada resaltó que su principal preocupación es la salud de los niños que habitan allí. Estos crecen “contaminados con plomo, con erupciones, con asma, sarna, anemia, rodeados de basura y ratas”, señaló.
Hace dos años atrás, el organismo había anticipado que en 2023 el arroyo ya estaría saneado. Y si nos remontamos más atrás, más precisamente a 1993, la situación de Acumar empeora. La entonces secretaria de Desarrollo Sustentable María Julia Alsogaray había prometido que en 1000 días el agua del Riachuelo sería potable.
