Con el calor, la exposición a los rayos solares se vuelve inevitable. Los recaudos deben extremarse en niños y personas mayores de 65 años. Conocé las recomendaciones de los especialistas.
La exposición a los rayos ultravioletas (UV) sin protección por un tiempo prolongado puede ser altamente dañina. Más aún para quienes cuentan con una mayor sensibilidad en la piel. En el verano, extremar la prevención es fundamental.
Según especialistas, las radiaciones luminosas de origen solar pueden provocar lesiones superficiales y de alto grado en la piel; daños graves en los ojos (cataratas, lesiones en la retina); envejecimiento prematuro de la piel (arrugas, manchas) y diferentes tipos de cánceres cutáneos.
Por esta razón, para que disfrutar del sol no se convierta en un riesgo, recomiendan adoptar precauciones muy simples, tales como evitar tomar sol entre las 10 y las 16 horas; cubrirse con ropas, sombreros y anteojos de sol; utilizar protector solar de al menos 20 FPS (Factor de Protección Solar) y reponerlo cada media hora de estar en contacto con el agua.
Deben reforzarse en niños y adultos mayores de 65 años. Dichas franjas etarias corresponden a grupos de riesgo. Sugieren invertir en un buen bloqueador solar. Los bebés menores de 1 año deben evitar completamente la exposición.
Además, insisten en que quienes recurran a camas solares, deberán eliminar estar en contacto con los rayos UV. “Las dosis de rayos artificiales de las camas solares se acumulan a las dosis de UV del sol y pueden reforzar el efecto cancerígeno”, alerta el Instituto Nacional del Cáncer (INC), por lo que se desalienta su uso en menores de 35 años.
Se trata de una patología que reúne más de siete mil casos desde 2002. Si bien todas las personas son susceptibles, existen ciertos grupos que deben prestar una mayor atención. Quienes posean la piel, ojos y cabellos claros; tengan numerosos lunares congénitos (de nacimiento) o atípicos, pecas (efélides); o antecedentes de melanoma en la familia, tienen una mayor predisposición.
En consonancia con ello, dermatólogos y especialistas indican observar los cambios en la dermis de forma diaria, y realizar los debidos controles anuales a modo de prevención.