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AÑO 11 - EDICIÓN Nº 1942
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jueves 25 de enero de 2018

Tiene 25 años, es de Burzaco y ganó una beca para estudiar en México


Se trata de Carla Alfinito, que ingresó a la UBA en 2011 para estudiar Arquitectura. Faltando pocas materias para recibir su título, viajará al exterior por segunda vez para capacitarse. En diálogo con De Brown, manifestó su pasión por el urbanismo y remarcó lo sacrificado que es vivir en el Conurbano y estudiar en Capital Federal.

A Carla Alfinito le quedan sólo dos materias para recibirse de arquitecta. Ingresó en 2011 a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA); y pese a cursar en Ciudad Universitaria, en CABA, nunca quiso abandonar Burzaco.

Con 25 años, la joven browniana decidió concursar para la beca perteneciente al programa UBAINT Estudiantes y se llevó el premio. Ahora podrá cumplir su sueño y viajar a México con un aporte económico que le brindó el certamen.

Según explicó, quiere “hacer un intercambio real” y estudiar un semestre en la Universidad de Guadalajara. Hoy, 25 de enero, se sube a un avión para alejarse de Burzaco, donde creció. Al volver, deberá cursar y aprobar una materia correlativa para conseguir el tan ansiado título.

“El último diseño de la carrera se divide en dos materias; proyecto urbano y proyecto arquitectónico. La que voy a cursar en México es proyecto urbano”, detalló Carla.

Noticias de Brown dialogó con ella sobre este nuevo camino que se le presentó en su carrera profesional en México; su vida en el Conurbano y su percepción sobre las grandes ciudades de América Latina.

-¿Qué fue lo que te motivó para estudiar Arquitectura?

-Creo que la decisión la había tomado a los 11 años. Ya en ese momento decía que quería ser arquitecta. Cuando era chica me gustaba dibujar también. Pero fue mi papá quien me insistió mucho en lo hermosa que era la Arquitectura. Él es constructor y siempre estuvo en las últimas tendencias del diseño, me inculcó eso.

Hoy profesionalmente somos muy distintos, pero la llamita empezó ahí. Me decidí porque sentí que me iba a poder desarrollar en el aspecto que se me ocurriera. Además, por la interdisciplina. Tiene un poco de técnica, de arte, de humanística y hasta tiene un rol en la política, es muy completa la carrera.

-¿Cómo surgió la idea de concursar para la beca?

-Tenía en mente que quería hacer un intercambio. Yo había estado en México en 2015 para hacer un ayudantado, pero quería concretar un intercambio de verdad, cursar una materia en una facultad más grande que a la que había ido. Hacer un intercambio real.

En FADU me dijeron que existía la posibilidad de una beca y me anoté. No creo que todos los estudiantes conozcan esto porque yo me enteré yendo a preguntar. Por eso, creo que deberían facilitarle la experiencia a muchos más estudiantes porque hacer un viaje, estudiar y mantenerte allá está muy bueno, pero es caro.

 

El estudio

Vivir en el Conurbano y estudiar en Capital Federal es una realidad que atraviesa a miles de jóvenes. Si mira para atrás, Carla todavía no sabe cómo hizo para viajar en hora pico a bordo del Tren Roca, con gigantes maquetas y llevando días sin dormir, desde Burzaco.

“Me levantaba a las 5 y llevaba maquetas de 1x70 metros. La verdad no sé cómo hacía, hoy por hoy todavía me lo pregunto”, piensa en retrospectiva, en diálogo con este medio.

“Para llegar a la facultad tengo 2 o 3 horas de viaje y aunque vaya en auto es el mismo tiempo. Tenés que llevar rollos, láminas y un montón de cosas. Los últimos años si no hubiera contado con el auto de un compañero, no hubiera podido hacerlo”, explicó.

-¿Cuán importante es el apoyo familiar en este camino?

-Es una carrera que se hace muy solo. Recuerdo que quizás yo pasaba dos días sin dormir por preparar una entrega y cuando me tenía que ir, cuando tenía que meter el último empujón de fuerzas antes de subir al tren, no podía hacer el packaging de la maqueta para poder transportarla. Entonces mi mamá se despertaba a las 5 de la mañana y se ponía a hacer eso que para mí era más difícil que hacer la maqueta entera, pero ella hacía ese sacrificio. Esa cuota de amor me ayudó a remarla.

-¿Cuáles son los problemas que percibís en las grandes ciudades de Buenos Aires?

-Me parece que a nivel urbanístico no tenemos una identidad descubierta o bien planteada. Esto pasa en todo América latina. Tenemos profesionales que desde la diagramación de las ciudades tienen una idea de cómo deberían ser, pero hay una contraparte en los hechos reales que nos llevan a sistemas que no estarían funcionando o no son productivos”.

Nunca dejamos de ser una ciudad que saca todo para afuera, por eso la diagramación de Buenos Aires y muchas ciudades portuarias de todo América es radial. Todo va al puerto, y es el concepto que tenemos de país también.

Tiene que ver con el lenguaje, con la imagen que das. Es un concepto cultural que por tener tanto bombardeo de migraciones en la historia no estamos consiguiendo. Por eso terminamos copiando modelos, pero son modelos que no nos sirven a nosotros, le sirven a otros.

¿Y que sucede en el Conurbano y en Burzaco, Almirante Brown?

-En el Conurbano la mancha urbana está creciendo en superficie. Ahora salió un nuevo código de construcción y hay que terminar de estudiarlo. Pero la idea sería que la ciudad pueda estar mucho más cerca de una ciudad redistributiva. Porque no es lo mismo que la mancha crezca y todavía exista una buena porción de la población sin servicios; a que todos estemos contribuyendo a que la ciudad se encuadre en un cierto perímetro y se identifique.

Por eso, mantener una casa con pileta debería ser carísimo si ahí podrían vivir muchísimas más personas en un edificio. Por otro lado, lo ideal sería que podamos desconcentrar ciertos polos para que funcionen de manera autónoma con respecto a la ciudad, que sean satélites.

Supongamos que Burzaco sigue creciendo como un polo industrial, que sea generador de trabajo pero que necesite infraestructura. Y que por su crecimiento, de repente se empiece a independizar como una especie de satélite de toda esta gran ciudad mancha urbana que tenemos en Almirante Brown. Esa población comenzaría a funcionar casi que de manera autónoma, que sería lo ideal. Hay un montón de teorías de urbanismo que llevan a esta idea de localidades o ciudades independientes, pero conectadas con la base, que sería el distrito.

-¿En qué aspecto de la arquitectura te ves desarrollándote como profesional?

-Me gusta todo de la carrera. La construcción, el diseño como expresión artística de una espacialidad, y lo que más me apasiona es el urbanismo. Me encantaría poder dedicarme a eso. Creo que es el aporte que puedo dar desde lo que estudié, lo que se y lo que conozco a mi país, mi gente y mi ciudad, Burzaco.

 

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