El alumno del colegio parroquial Santa Ana de Glew completó una gran jornada en La Falda. Logró aprobar los exámenes nacionales, pero por la edad no podrá competir en el selectivo olímpico. “Mi próxima meta es conseguir el título de ingeniero en sistemas”, admitió en diálogo con De Brown.
Hace unas semanas Román Capurro fue noticia por clasificar a las Olimpiadas matemáticas. Hoy, www.deBrown.com.ar habló en exclusiva con el oriundo de Glew y se mostró emocionado por su actuación en Córdoba.
El alumno del Colegio Santa Ana afrontó un examen con una dificultad extrema. Constó de dos evaluaciones de tres puntos cada una, en días distintos. Durante la primera jornada reconoció que no pudo superar ninguno, ya que eran complejos y abstractos.
A la mañana siguiente, se enfrentó a ejercicios que exigían respuestas concretas y dependían más del sentido lógico que del conocimiento de fórmulas. En 3 horas y media, descifró uno de ellos, lo cual valió para llenarlo nuevamente de confianza.
“El que hice, sirvió para demostrar que no por nada llegué ahí, que con el poco tiempo de preparación, pude ponerme a nivel de muchos otros”, reconoció en comunicación con este medio.
Con un punto aprobado, Román consiguió ser uno de los mejores competidores en La Falda. Si bien parece poco, la complejidad de los ejercicios hizo que la mayoría maneje el mismo nivel.
“Debería haber clasificado a algunos selectivos, donde definen un equipo olímpico, pero como son para competencias extra nacionales tienen distintas regulaciones. Como empieza el año que viene, no me da la edad y tampoco cuento como un alumno de enseñanza regular”, lamentó.
Igualmente, se siente satisfecho por lo realizado durante todas las competencias que afrontó. “Llegué hasta el nacional con puntaje perfecto y lo logré aprobar. Es algo a los que muy pocos llegan”, remarcó. Y agregó: “Me quedé con ganas de seguir compitiendo”.
Román aseguró que todos sus logros no hubieras sido posible sin el trabajo incansable de Luciana Martínez. Su docente lo acompañó a la competencia. “Su vocación es sumamente destacable y ejemplar. Ella es la que estuvo desde el principio. Se encargó de los trámites y de brindarme contenidos para entrenar”, contó.
“Después de todos mis logros, mi profesora está trabajando para que en 2018 se les dé la oportunidad desde quinto para poder participar. Sería bueno que desde los primeros años los colegios se promuevan la idea”, señaló.
El joven estudiante ya sueña con obtener el título de ingeniero de sistemas y agradeció el apoyo de los vecinos. “Después de la noticia se empezaron a acercar personas que yo ni conocía para felicitarme. Fue muy motivador”, concluyó.
Comenzó en los torneos hace un año, pero ya cuenta con una premiación. Se adjudicó el primer puesto de la competencia que organizó la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ).
Su pasión por las matemáticas arrancó cuando era chico. En el colegio siempre obtuvo buenas calificaciones y le pedía a su madre que le enseñará ejercicios más difíciles. Gracias a eso, alentó a su profesora de la escuela de Glew para que lo inscriba en los juegos.
