Se trata de un gas conocido como el “asesino silencioso”, ya que es imperceptible y su inhalación puede ser fatal. Más de 200 personas mueren anualmente en la Argentina. Las precauciones y los recaudos a tomar.
Una trágica estadística. Con la llegada de las bajas temperaturas, también comienzan a crecer los casos de intoxicación por monóxido de carbono, un drama que genera más de 200 muertes por año en el país, según datos oficiales.
Se trata de un gas inodoro, incoloro, inflamable y altamente tóxico, que se produce cuando se queman materiales combustibles como gas, gasolina, kerosene, carbón, petróleo, o madera. En invierno, son usuales los accidentes cuando la ventilación no es la adecuada. También cuando no hay correctas instalaciones de calefacción y se encienden estufas u hornallas de la cocina o braseros y salamandras en ambientes cerrados.
En los primeros 15 días de junio, el Centro Nacional de Intoxicaciones, que funciona en el hospital Posadas, recibió 122 consultas. El 22% fueron casos graves, que requirieron internación.
Este gas venenoso es conocido con diferentes nombres. Se lo considera el "gran simulador" porque sus síntomas pueden confundir el diagnóstico o, también, el "asesino silencioso" o "invisible", ya que no tiene olor ni color, ni provoca irritación de los ojos o las mucosas.
Al inhalar monóxido de carbono, el gas pasa a la sangre e impide transportar el oxígeno al cerebro, el corazón, los pulmones y el resto del cuerpo. Desde el Ministerio de Salud de la Nación informaron que el principal peligro de este tipo de intoxicación es que en muchos casos la persona no es consciente de los síntomas. Estos pueden variar de un individuo a otro.
La difusión de la información empieza usualmente detrás de los casos más graves. Con información se puede prevenir y reducir el número de consultas, como promueve desde hace años el equipo de especialistas del centro nacional de referencia del Posadas.
Esta intoxicación no tiene un tratamiento específico. En los peores escenarios, se administra oxígeno intentando lavar el gas tóxico del organismo.
Si bien los grupos más vulnerables son los chicos, los adultos mayores, los fumadores y la población con enfermedades cardíacas y pulmonares, el Ministerio de Salud de la Nación, aseguró que "el monóxido de carbono no reconoce sexo, edad ni clase social".