El fin de la cuarentena les permitió volver a las prácticas con protocolos. La mayoría de las instituciones que se convirtieron en centros de aislamiento ya no cuenta con camas.
La llegada de la pandemia de Coronavirus y la cuarentena obligatoria en marzo obligó a los clubes de barrio de Almirante Brown a cerrar sus puertas. Hoy, ocho meses después, retoman paulatinamente las actividades y los más chicos se reencuentran con sus profesores y amigos.
El paso al distanciamiento social permitió que los establecimientos vuelvan a cumplir su función natural y dejen atrás la dura situación de convertirse en centros de aislamiento. Defensores de Glew, Sportivo Burzaco, Atlético Longchamps, Pucará e Independiente de Burzaco ya no cuenta con camas en sus instalaciones.
En julio- cuando los casos aumentaban en todo el país y la curva de contagios no daba respiro-, el Municipio decidió unirse con los clubes. Trabajaron en conjunto y ocho establecimientos acondicionaron sus lugares para recibir camas. En total, se armaron 410.
El objetivo era que albergaran a casos positivos o sospechosos de Covid-19 para evitar así la propagación de la enfermedad dentro de los hogares y el colapso del sistema sanitario. Asimismo, algunos de ellos funcionaron como punto de descanso y planificación para el personal policial y médico.
Afortunadamente, ninguno de los colchones fue utilizado por los vecinos. Actualmente sólo quedan 120 en el Polideportivo Municipal, 104 en la sede de Brown de Adrogué y 10 en San Martín de Burzaco.
Cuentan con varias normas para prevenir que quienes concurran a estas entidades se contagien de Coronavirus. Una de ellas es que deberán higienizarse antes, durante y después del uso de las instalaciones.
Otros de los principales puntos son: el distanciamiento social de dos personas en 4 m2; limitar la capacidad del buffet, salas de reunión, tribunas y canchas; el uso constante del barbijo o tapaboca dentro del establecimiento y la señalización de todos los ambientes.
El protocolo sugiere al club establecer un comité de crisis conformado por todas las partes involucradas con el objetivo de garantizar el cumplimiento del mismo. En esta línea, los pacientes de alto riesgo quedarán exceptuados de trabajar de manera presencial.
Asimismo, la institución deportiva se verá en la obligación de tomar todas las medidas para la detección y el manejo de casos sospechosos o contactos estrechos. Entre ellos, medir la temperatura, fomentar el auto reporte y la realización de cuestionarios sencillos previos al ingreso.
Cuando una persona presente temperatura igual o mayor a 37,5°C y/o otros indicios compatibles con la enfermedad, el personal debe tomar una serie de recaudos preventivos, evitando a la vez la estigmatización y la discriminación por parte de los presentes.
Como primera instancia, no permitir el ingreso del posible infectado a las instalaciones donde se desarrolla la actividad. Este deberá ser aislado hasta que las autoridades puedan comunicarse con el Sistema de Emergencias de salud local y el paciente sea evaluado adecuadamente.
