La pasión por los autos es un sentimiento inexplicable. Este amor puede despertarse cuando compras tu primera máquina, participás en una carrera o simplemente es algo que lo llevas en la sangre, como pasa en la familia Bernárdez.
Mauricio, oriundo de Longchamps, creció viendo a su abuelo arriba de una Coupe. Él lo hacía por hobbie, pero daba que hablar cuando pisaba el acelerador.
Fue así que el browniano comenzó a escribir su propia historia hace ya 30 años. Primero en karting, donde conquistó varios campeonatos que lo llevaron a la Fórmula Honda.
Antes de ser mayor de edad, Mauricio ya deslumbraba a todos por su manera de conducir. Se subió a un Gol en el Turismo y más tarde se abrió camino con un Fiat 600. Sí, el famoso "fitito" lo colocó en el mundo del TC, aquellas categorías con las que todos los fierreros sueñan.
"Uno cuando se sube al auto de carrera se olvida de todos los problemas. Sos vos y el auto y nadie más es una pasión que es muy difícil dejar", admitió en diálogo con www.deBrown.com.ar.
En el TC Rioplatense se dio el lujo de correr con autos de 6 cilindros de las marcas Ford y Chevrolet. Más tarde dio el gran salto a la profesionalización. Se mantuvo durante dos temporadas en el TC Pista, pero el presupuesto le jugó una mala pasada y debió regresar a boxes en busca de nuevos objetivos.
En la actualidad se destaca en diferentes campeonatos zonales donde día a día continúa cosechando logros. A bordo de su Fiat, Mauricio no está preocupado por la suspensión de actividades y se ilusiona con volver de la mejor manera.
"Este año pudimos correr una sola carrera antes de la pandemia y la gané. Fui el último piloto en ganar una antes de la pandemia", sostuvo entre risas.