La Dirección General de Cultura y Educación anunció que se podrá calificar a los estudiantes de 4to a 6to grado con notas inferiores a los 4 puntos y con “insuficiente” a los alumnos de 1ero a 3ero. Docentes consultadas por De Brown revelan los aciertos y dudas en la implementación.
Tras la votación del Consejo General de Educación, regresa el sistema de calificación que incluye como notas más bajas el 1, 2 y 3. La medida genera el apoyo y rechazo de diversos sectores. El desafío es lograr que garantice la calidad educativa.
La disposición impactará en los 8.500 establecimientos públicos y privados que funcionan en la Provincia y a los que asisten más de 3,1 millones de alumnos. Supone además dejar sin efecto la Libreta de Trayectoria que había reemplazado al boletín escolar.
En 2014 las autoridades educativas habían eliminado los aplazos para no “estigmatizar” a los niños. En el primer ciclo la calificación era conceptual estableciéndose la siguiente escala: regular, bueno y muy bueno. En el segundo, del 4 al 10. Del 4 al 6 significaba desaprobación; y del 7 al 10 aprobación.
Desde junio, por la elaboración de una circular, se podrá puntuar nuevamente con aplazos, es decir 1, 2 y 3 puntos, a los escolares desde 4to a 6to grado; mientras que para los de 1ero a 3er grado a nivel conceptual la escala irá de "insuficiente” a “sobresaliente”, pasando por "regular, bueno y muy bueno".
“Me parece muy bien para valorar el esfuerzo de cada uno. Y que los padres sepan qué criterios se utilizan a la hora de evaluar el aprendizaje de sus hijos y tomen conciencia de la calidad de enseñanza que van teniendo”, indicó ante www.deBrown.com.ar Inés Cancelo, maestra de Primer Ciclo.
“Últimamente se critica a los docentes y se dice que los alumnos están todos aprobados y no saben nada, lo que ellos no saben que a nosotras nos presionan las políticas de turnos a nivel educación”, señaló.
Este dictamen reflota la recurrente discusión sobre si los jóvenes pasaban de grado sin tener ninguna exigencia o si sólo se busca contenerlos en el sistema escolar.
“Estoy de acuerdo con las nuevas escalas de calificación, pero como la puntuación es un derecho, porque es el acto de comunicar los progresos realizados por los alumnos, me parece que las familias deberían haber sido informadas de estos cambios al inicio del ciclo lectivo y no a esta altura del año”, indicó ante Noticias de Brown Adriana Salinas, docente Segundo Ciclo.
En la misma sintonía se expresó Soledad Benegas, profesora de Educación Física de Glew. “En secundaria si un chico no hizo lo necesario para aprobar hay que ponerle una nota baja, en primaria la situación es más compleja porque uno tiene en cuenta otras cuestiones vinculadas, por ejemplo, a su entorno socioeconómico. Se contemplan más cosas”, remarcó.
Y agregó: “Desde la escuela debemos pedir un mínimo nivel de exigencia a los chicos y a sus familias, porque si se los aprueba en función de otros aspectos, no estamos colaborando con su nivel intelectual. Debemos enseñarles para que puedan lograr un mejor nivel educativo, y si no lo alcanzó no significa que no se le de posibilidades sino que hay que seguir trabajando para mejorar”.
Verónica Cores, educadora de primer grado, explicó: “Sabemos que algunos docentes van a ser muy severos y, una vez más saldrá a la luz el fracaso escolar, pero hay que entender que son niños que quedan excluidos”.
“Como ha pasado anteriormente, muchos chicos van a estar varios años en un mismo grado hasta que se sientan marginados y queden fuera del sistema educativo”, añadió.
La mirada de los gremios
Según anunciaron desde la Gobernación, se busca "nivelar para arriba" con el propósito de que lleguen al ciclo siguiente con los conocimientos adecuados. Para algunos sindicatos, como Suteba, FEB y Udocba, no respeta "el tiempo de aprendizaje" ni garantiza "la calidad educativa".
Para Suteba, esta metodología “desestima las estrategias para respetar los tiempos de aprendizaje de cada alumno”. Su secretario general, Roberto Baradel, cuestionó que esta decisión se haya tomado en medio de un ciclo lectivo.
Por su parte, la Federación de Educadores Bonaerenses considera que “no resuelve la calidad educativa”. Mientras que Miguel Díaz, dirigente de la Unión de Docentes de la provincia de Buenos Aires (Udocba), planteó que "la discusión debe pasar por el aprender, por qué tipo de educación queremos para que todos los chicos estén comprendidos, una visión más humana".
"El 40 por ciento de los pibes de la provincia de Buenos Aires están mal alimentados y la falta de alimentación va a producir determinados efectos, si lo expulsas, a dónde lo metes, no tiene futuro", recalcó.
La incertidumbre radica en saber si realmente se mejorarán las condiciones del proceso de enseñanza. La clave es encontrar el punto justo de la inclusión, para que no conduzca al facilismo.
