En el rugby argentino la mitad de las formaciones colapsan, lo que aumenta el riesgo de daños cervicales. La temporada 2016 terminó con un jugador cuadripléjico. Además, según un estudio, el 80% de las lesiones más graves se producen durante esta disputa física.
El deporte de la ovalada sumó 35 jugadores con lesiones invalidantes en Argentina. Del total, 18 se lastimaron durante un scrum. En los últimos dos años, de los cinco casos registrados, cuatro fueron heridos en esa formación: Juan Gastaldi (CASI), Ignacio Maeder (Duendes de Rosario), Federico Bocelli (Tala de Córdoba) y Jerónimo Bello (SIC).
La falta produjo el 80% de las acciones, una comparación que supera la de países como Francia, con el 51%, Sudáfrica, que al alcanza el 50% y Australia que posee el 35%. Dichos datos se encuentran en un informe publicado por la revista alemana Global Spine Journal.
El 17 de septiembre de este año, cuando se enfrentaban Newman y el San Isidro Club, un scrum colapsó y Bello, pilar del elenco visitante, sufrió el desplazamiento de dos vértebras que le lesionaron la médula espinal. Debió ser retirado en ambulancia y a los pocos días, los doctores le comunicaron que había quedado cuadripléjico.
La World Rugby ya había advertido que la propensión de herida en el scrum fue clasificada como "la más alta" en relación con las demás jugadas. Por otra parte, en la Unión Argentina (UAR), reconocen que en nuestro país tiene una peligrosidad adicional. Según un estudio hecho por la entidad, sobre 25 partidos disputados en 2016, el 56% de las formaciones terminó derrumbándose.
Cuando se analizan las causas que hacen que un scrum se caiga, emergen diferentes respuestas, pero con un trasfondo en común, ligado a la identidad deportiva local. En nuestro país tiene una gran tradición y es reconocido mundialmente por eso. En ese marco, los jugadores le otorgan más relevancia de la debida.
Alguien reconocido por formar poderosos equipos en la posición es Alejandro Conti, entrenador de San Albano. En diálogo con www.deBrown.com.ar, expresó su opinión sobre el tema. “Cada scrum es como una caja negra de los aviones, donde sólo estando en esa formación, se puede saber qué fue lo que provocó el accidente. Puede haber errores humanos, algunos más involuntarios que otros”, expresó.
“En los entrenamientos confrontas con buena conducta. Algunos dirán que es porque no jugas por nada pero lógicamente jugar por algo no justifica este tipo de cuestiones", agregó el DT, quien estima que, en un año, el plantel superior del conjunto browniano ensaya 5000 scrums a la semana.
A diferencia de Argentina, en el resto del mundo relativizan el peso de esta maniobra, a la que describen como una acción para “reiniciar el juego, rápida y segura".
Con miras a 2017, el comité disciplinario la UAR, URBA y demás asociaciones ligadas al rugby trabajarán sobre la implementación de nuevas reglas que impidan la continuidad de esas situaciones que ponen en riesgo la salud de los protagonistas. Muchos de los cuales, debieron dejar la actividad de por vida.