San Martín de Burzaco y Claypole disputaron por segundo año consecutivo la copa Amistad y demostraron que se puede vivir una fiesta deportiva en paz. El evento contó con el respaldo del Municipio y la AFA.
Los clubes de Almirante Brown lograron lo que tantos otros no pudieron. Respetando el espíritu de la competencia, vivieron cada clásico en armonía, pese a lo que siempre se pone en juego en partidos de estas características.
Tanto en el encuentro de ida -que finalizó en empate sin goles en el Rodolfo Capocasa-, como la vuelta -que fue triunfo para San Martín 1-0 en el Francisco Boga-, no se registraron incidentes en la tribuna ni se produjeron ataques a los jugadores del adversario.
En ese marco, fue destacable la actitud de los futbolistas, que afrontaron el desafío con camaradería sin incitaciones a la violencia y peleas absurdas dentro el campo de juego.
Fue una iniciativa de las dirigencias de ambos clubes. Contó con el reconocimiento del Municipio de Almirante Brown que, a través del director del área de Deportes, Jonathan Frisa, entregó una plaqueta a los presidentes Gabriel Ostanelli y Javier Fernández Gómez.
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Asimismo el encuentro, tuvo el reconocimiento de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que conduce Claudio “Chiqui” Tapia.
Se trató de un acto de seriedad de todas las partes, que estuvieron a la altura y demostraron que la frase “Somos rivales, no enemigos” puede ser una realidad de convivencia, civilización y principios.
