Se trata estudiantes del Instituto San Cayetano de Malvinas Argentinas que, con la guía de un profesor, confeccionaron mobiliario escolar y juegos didácticos. Fue en el marco de un proyecto para colaborar con una institución educativa jujeña de bajos recursos.
"Hay que dar sin esperar nada a cambio", se propusieron los alumnos del Instituto Técnico San Cayetano de Malvinas Argentinas, quienes participaron de una tarea solidaria para brindar asistencia a un jardín de infantes de la localidad de Chorrillos, en el Norte de nuestro país. Entusiasmados con la idea, construyeron mesas, sillas y materiales pedagógicos que ya arribaron a destino.
Según explicó a www.deBrown.com.ar la jefa de área del establecimiento situado en Ombú 173, Susana Oviedo, la propuesta llegó de manos del profesor Rodrigo Godoy, quien estaba en contacto con un grupo de jóvenes que habitualmente colaboran con entidades educativas de frontera.
El trabajo se desarrolló durante los últimos meses de 2014 y desde el primer momento tuvo una buena respuesta por parte del alumnado, que de inmediato se puso a trabajar en este emprendimiento, que tuvo el fin de “hacer algo por los demás”.
“Presentó el proyecto, fue aceptado y se propuso convocar a los chicos para que vinieran los sábados de 10 a 13. La verdad se trabajó en un clima muy lindo”, relató la docente. El objetivo era “promover la solidaridad” y “generar un espacio en el que los alumnos pudieran tomar conciencia de las problemáticas sociales”.
“Fue una experiencia muy especial porque además de ayudar, los estudiantes podían compartir un momento diferente en el colegio”, agregó Godoy. Familias, amigos y vecinos, unidos para concretar sueños y renovar las esperanzas de que un futuro mejor es posible.
La tarea no fue del todo sencilla, debido a que si bien había muchas ganas e intenciones, faltaban ciertos recursos para poder concretar la labor. Frente a esto, las autoridades del colegio se pusieron en contacto con integrantes de la Comisión Mixta del Parque Industrial local y, por medio de ella, la empresa Megaflex donó las maderas para hacer el mobiliario y los juegos. También hizo su aporte la iglesia de la zona, desde donde acercaron armazones de pequeñas sillas para que puedan ser reutilizadas.
Con todos los elementos requeridos y con la alegría, el entusiasmo y el trabajo de los escolares, la misión fue cumplida. Por estos días, el jardín jujeño ya cuenta con los nuevos materiales que tanto necesitaban.
Tras los resultados obtenidos, tanto el director, Marcelo Oro; como la representante legal, Adriana Musiani; agradecieron y felicitaron en particular al equipo docente que ideó la actividad, el cual estuvo conformado por: Claudia Masciotra, Fabiana Rey, Jorge Iglesias y Osvaldo Florentín.
