Especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelaron que existe una errónea utilización de este tipo de medicamentos, por lo que resulta más complicado combatir determinadas bacterias. Tomarlo sin consultar al médico, es perjudicial.
La utilización en exceso o de manera indebida de estos remedios origina la resistencia a los antibióticos, la cual ocurre cuando las bacterias cambian y se vuelven inmunes a este tipo de medicinas que son utilizadas para tratar las infecciones.
Una encuesta realizada por la OMS a 10.000 personas de 12 países permitió descubrir que el 64 por ciento de ellas dice saber que la resistencia a los antibióticos es un problema que podría afectarlos, pero no comprenden la forma en que los perjudica ni cómo evitar el problema.
Ese mismo universo de entrevistados planteó que los antibióticos pueden usarse para tratar los resfriados y la gripe, algo que no ocurre. A su vez, el 32 por ciento confirmó que deja de tomarlos cuando se sienten mejor, en lugar de terminar el tratamiento recetado por su médico.
Por otro lado, el 76 por ciento entiende que la resistencia a los antibióticos se da cuando el cuerpo se vuelve inmune a ellos. Según explicaron los expertos esto no es verdad, porque son las bacterias las que se transforman en invulnerables.
Casi la mitad de la muestra de entrevistados intuye que esta problemática sólo atañe a quienes recurren a estas drogas con regularidad. Sin embargo, cualquier persona, sin importar su edad y en cualquier país del mundo, puede contraer una infección resistente a los antibióticos.
“El crecimiento de la resistencia es una crisis de salud mundial y, en la actualidad, los gobiernos lo reconocen como uno de los principales retos para la salud pública. En todas partes del mundo está llegando a niveles peligrosamente altos”, aseveró Margaret Chan, directora General de la entidad.
En la misma línea, sostuvo: "La resistencia está poniendo en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas y socavando muchos adelantos de la medicina”.
Toda esta información fue comunicada por la OMS en el marco de la Primera Semana Mundial de Concientización sobre los Antibióticos, que arrancó este lunes y culmina el domingo.