Sus hijos se hicieron cargo del lugar que alberga mujeres víctimas de violencia de género y a sus hijos. “Nos pasa que en situaciones difíciles nos miramos y nos preguntamos qué haría mi mamá al respecto”, contó Sasha a De Brown.
Hoy, 3 de diciembre, se cumple el primer aniversario de la muerte de Nancy Uguet Mondaca, un símbolo de la lucha contra la violencia de género en Almirante Brown. En su propia casa, fundó el refugio de Burzaco que lleva su apellido y el de su esposo.
Tras su fallecimiento, la gran incertidumbre es qué pasaría con el hogar. Sin embargo, fueron dos de sus hijos y una mujer -que fue albergada en varias oportunidades por la institución- quienes decidieron ponerse al hombro este gran proyecto. Así fue como lo habían pactado con la browniana.
“Fue aprender a organizarnos porque mi mamá se encargaba de todo. Vivía exclusivamente para el refugio. Nosotros trabajamos por fuera entonces contamos con otras responsabilidades. Tuvimos que aprender a organizarnos para que no quede ningún hueco sin cubrir”, confesó Sasha en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Y agregó: “Nos pasa que en situaciones puntuales nos miramos y nos preguntamos qué haría mi mamá al respecto”. Afortunadamente, cuentan con ayuda de un equipo interdiciplinario para resolver los inconvenientes y de las madrinas del hogar. El trabajo en equipo permitió que siga funcionado todo de manera habitual.
Cuando tenía 10 años, el hogar de Sasha se transformó en el refugio Uguet Mondaca. El lugar alberga a mujeres víctimas de violencia de género y a sus pequeños. Las familias son enviadas allí por las comisarías.
“Hubo un tiempo en que llegamos a ser 52 personas viviendo y a la madrugada llamaron para hacer una derivación. Casi todas las que estábamos durmiendo nos levantábamos para darle lugar a las que llegaban para que duerman porque ya no había camas”, relató.
El trabajo comprometido de Nancy no conocía de fines de semana ni feriados. “Mismo en mi casamiento estábamos todos a la madrugada disfrutando de la fiesta y ella estaba en el patio del salón haciendo una derivación. Se tuvo que ir como a las cuatro de la mañana para recibir una chica con los hijos”, subrayó.
Pero aquel esfuerzo valía totalmente la pena cuando se veía reflejado en las festividades. “Brindan y festejan estar vivas. Y son libres para expresarse y disfrutar. Pueden bailar sin que nadie les diga nada. Y lloran porque quizás es la primer navidad o año nuevo que pasan sin miedo de que su pareja tome de más o se drogue y después las maltrate”, explicó.
Fue así que Sasha creció “aprendiendo a compartir a su mamá”. Es que ella le inculcó valores fundamentales como la solidaridad, la empatía y el respeto. “Fue de otro planeta, se le ponía algo en la cabeza y tenía que ser así, siempre lograba lo que quería y siempre con lógica. Tenía mucho carácter, autoridad y amor para dar. Ella se sacaba la remera y te la daba si la necesitabas”, contó.
Actualmente, albergan a 17 personas. Aquellos que quieran colaborar con algún elemento, pueden contactarse a su página de Facebook para coordinar la entrega.
Además, recientemente el lugar dio a inicio a un emprendimiento grastronómico. Los vecinos pueden adquirir pizzas, empanadas y minutas. Funciona de viernes a lunes, de 20 a 23.45. Pueden hacer sus encargos a 15-3862-0946.
🍕Un refugio de mujeres abrió una pizzería para subsistir👇https://t.co/xhrb3Lmdov #Sociedad
— Noticias De Brown (@debrownweb) October 21, 2020