Sólo se pudo corroborar parte de la coartada de Adrián Aníbal Torres y Natalia Inés Cottone, el matrimonio dueño de la vivienda donde se halló el cuerpo de Ayelén Roldán. La fiscal interviniente aguarda el resultado de las pruebas de ADN.
Desde el inicio de la investigación, Adrián Aníbal Torres y Natalia Inés Cottone declararon que el lunes 3 de junio pasado habían buscado a Ayelén Roldán, de 19 años, y mantenido relaciones sexuales con ella en el inmueble de Fleming al 3550, en Glew, que alquila el matrimonio.
La pareja alegó que se habría retirado cerca de las 20 con el propósito de encontrar un hombre para sumar a sus prácticas. Fue recién al retornar de dicho encuentro, cerca de las cinco de la madrugada, cuando dieron con el macabro hallazgo.
Sin embargo, la coartada se encuentra corroborada de manera parcial. Fuentes judiciales revelaron que la fiscal interviniente en el caso, María Laura Alfaro, le tomó declaración a ese hombre, que es un gomero de la zona, quien confirmó que tuvo sexo con ellos, pero que sólo ocurrió “entre las 2 y las 3”.
La titular de la UFI 3 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora solicitó informes a las empresas de telefonía celular a fin de geolocalizarlos con la apertura de antenas en las horas anteriores y posteriores al encuentro.
Asimismo, Alfaro aún no descarta ninguna de las cinco hipótesis. Además, aguarda por los resultados de las pruebas de ADN.
Los sospechosos -tanto el matrimonio, como el marido de la víctima Ariel Hernán Vallet- se sometieron en forma voluntaria a la extracción de muestras debajo de sus uñas e hisopados subungueales para la obtención de sus perfiles genéticos para eventuales cotejos de ADN futuros.
El hecho
Ayelén Roldán fue encontrada estrangulada alrededor de las cinco de la madrugada del martes 4 de junio, mientras transitaba el quinto mes de embarazo. La mujer, que esa noche estaba a cargo de los cinco hijos del matrimonio, yacía en el suelo en medio de un gran desorden.
Según el resultado de la autopsia, murió a causa de una "asfixia por estrangulamiento a lazo" con un elemento compatible con un cable; y que las marcas en sus nudillos delataban que se había defendido su agresor.
Se secuestraron cables que se encontraron en la escena del crimen y otros -de un ventilador y un DVD- secuestrados de la vivienda de Valett en allanamientos.
Según adelantaron los investigadores con respecto al homicida, se trataría de una persona que sería conocida de la víctima, ya que no se encontraron signos de fuerza en puertas y ventanas. No obstante, los dueños denunciaron algunos faltantes pero eso tampoco pudo comprobarse.
