Tiene 74 años y principio de demencia senil. Utilizaba el vehículo para trabajar y regalarles caramelos a sus nietos.
La historia de un anciano entristece a la comunidad de Claypole. Vicente, de 74 años, fue víctima el jueves pasado de un robo. Los autores se llevaron lo más preciado para él: su bicicleta.
Tras jubilarse, el browniano comenzó a juntar cables en la calle para extraerles el cobre y posteriormente venderlo. Ese hobbie lo llevó a, pese a sufrir principio de demencia senil, mantenerse activo y alegre. El dinero que recaudaba lo empleaba para comprarle caramelos a sus nietos.
“Él dice que va a cirujear y que es su trabajo. Todos los días sale como a las 6:30 a las 7:30 vuelve y después va un ratito al mediodía y un ratito a la tarde”, contó Vanesa, su hija, en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Por su salud, su familia intentó en varias oportunidades que dejara de realizar esta tarea, pero admitieron que les fue imposible. En este marco, decidieron imponerle límites de horarios ya que una vez estuvo perdido durante cinco horas.
Como todos los días, Vicente había salido a hacer su labor diaria por el barrio La Loma. Como no puede caminar bien porque tiene artrosis y problemas en los tobillos, utilizaba el vehículo de dos ruedas como una especie de “andador”.
“En una de esas salidas que hizo a las cuatro y media de la tarde, acá a dos o tres cuadras de mi casa, alguien lo empujó y le sacó la bicicleta”, relató. El hecho sucedió cerca de las calles Charcas y Monteverde. Por su enfermedad, el hombre no pudo precisar más datos sobre el autor del robo.
A raíz de este episodio, el enojo y tristeza invadió a Vicente quien debió interrumpir momentáneamente su tarea. Vanesa decidió entonces hacer un descargo a través de las redes sociales. Este rápidamente se viralizó.
“A mí lo que me duele y me indigna muchísimo es que mi papá sufra eso, que esté tan vulnerable a estas situaciones que tiene la sociedad en la calle. Ya el hecho de robarle es un delito, pero no es lo mismo robarle a cualquier persona que a un anciano”, señaló.
La solidaridad de los vecinos explotó rápidamente en las redes sociales quienes hasta le ofrecieron bicicletas. No obstante, la browniana resaltó que esa no era la finalidad de la publicación sino generar conciencia en la gente. “Hay otra en mi casa pero no se la queremos dar porque si por esas que son nuevas lo van a lastimar peor”, advirtió.
Este episodio tuvo por lo menos su lado positivo. Es que le regalaron una bolsa llena de cables que- con paciencia- él se dispuso a pelar y que le hizo olvidar por un tiempo que ya su bicicleta no estaba.