Indignados por la demora en la atención de las cajas, manifestaron su malestar en plena fila. Con aplausos y golpes en las paredes, solicitaron la presencia de la gerente para que se habiliten más cabinas de atención. “Todos los días es así. Más de una hora para pagar las cuentas o cobrar. No se puede perder todo el día en un trámite bancario”, expresó María Eugenia en diálogo con De Brown.
La postal diaria de las largas filas fue el detonante para que clientes y no clientes del Banco Provincia de Adrogué realizaran una protesta improvisada. Es que desde hace más de un año que en la entidad bancaria atienden solo con una o dos cajas, como máximo.
En general, una se encarga de atender a aquellas personas que tienen cuentas allí y otra a quienes hacen un trámite de forma esporádica. Pero esto, claramente no es suficiente y genera el fastidio de quienes deben esperar más de una hora para una simple operación.
Es que las demoras se hacen más evidentes los primeros días del mes o en los últimos, donde la gente se acerca al banco para cobrar cheques, sueldos o planes. A estos se suman quienes deben pagar cuentas y aquellos que necesitan realizar cualquier otro tipo de trámite.
Enfrentada a esta fila, se encuentra la de los clientes, quienes tampoco tienen garantías de ser atendidos de forma más rápida, ya que el mecanismo es el mismo. Solo un cajero asiste a la larga cola de personas que, en horas del mediodía, se ve claramente acrecentada.
“Todos los días es igual. Una fila que tarda como mínimo 45 minutos. Perdés todo el día acá”, expresó Sofía en diálogo con www.deBrown.com.ar
“Cuando pedimos que abran más cajas nos dicen que no pueden porque no tienen empleados”, agregó Carlos ante la consulta de este medio.
Si bien varias veces los aplausos fueron una especie de catarsis y queja sobre las demoras, este lunes los clientes se dijeron basta. A los aplausos se sumó gente golpeando las paredes y varias personas increparon al empleado de la mesa de entrada que repetía la frase de siempre: “No tenemos más personal”.
La situación se tensó en un momento cuando los vecinos pidieron la presencia de la gerente para que habilite nuevas cabinas. Sin embargo, no se logró la acción y la fila comenzó a avanzar un poco más rápido, pero en medio de un fastidio generalizado.
“Es una impotencia tremenda. Porque no te escuchan, no resuelven nada y uno sigue acá esperando y perdiendo tiempo. Yo tengo que volver al trabajo y pierdo horas porque me demora alguien que aprovecha para almorzar, dejando la fila estática durante varios minutos”, concluyó Melina.
