Se trata de una de las emociones negativas que padecen los argentinos a causa del prolongado aislamiento. "Es una situación imprevista. Va a pasar y vamos a salir fortalecidos”, explicó la socióloga Paoloni a De Brown. Conocé cuáles son los tips para sobrellevarlo.
Desde marzo, el aislamiento obligatorio logró poner en pausa a los argentinos. Esta situación tan inesperada como excepcional, provocó que la vida cotidiana cambie por completo. Fue así como las actividades, rutinas e incluso las emociones, debieron adaptarse a la nueva realidad.
Estar en nuestros hogares, lejos de nuestros seres queridos y también de la vida social, puede impactar negativamente en la salud física y mental. En este sentido, la socióloga Romina Paoloni remarcó la importancia de pensar este momento como “un periodo transitorio” que nos permitirá resurgir “más resilientes” y “fortalecidos”.
Se trata de uno de los aspectos negativos más usuales que nos deja la pandemia. Atraviesa a todos por igual, sin distinción de género, profesión o edad. “Hay algo que es un denominador común y es el miedo a un objeto determinado. En este caso, el virus y el contagio. Pero, a su vez, distintas angustias se van diversificando de acuerdo a lo que nos pasa”, sostuvo en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Y precisó: “Los cambios fueron muchos. Lo sufre la gente que tiene que ir a trabajar y se ve expuesta; los que tuvieron que realizar una actividad de un modo que no estaban acostumbrados y sin tiempo de adaptación. También, los independientes que ven anulado su labor de un día para el otro”.
De acuerdo a la profesional, este sentimiento puede afectar directamente a los niños al verse lejos de sus amigos y seres queridos; también a los abuelos, abrumados por la soledad y a las personas de edad media al intentar contener a padres e hijos.
De acuerdo al análisis de la licenciada Paoloni, hay una serie de estrategias para trabajar en este sentido. Ellas son:
“Tenemos que entender que pretendemos hacer una vida normal, en condiciones extraordinarias. Se trata de una situación imprevista que irrumpió en nuestras vidas. La clave es tratar de hacer hasta donde podamos. El aquí y ahora adiciona angustia, pero tengamos en cuenta que esto va a finalizar y vamos a salir fortalecidos”, agregó a este medio.
Sobre este punto, la socióloga destacó que “somos seres sociales y sufrimos mucho estar encerrados, sin haber hecho nada que lo amerite”.
“Tomo una frase de Aristóteles que dice 'el hombre es un ser social por naturaleza'. Se es, en tanto se co-es. Esto significa que cada uno tiene una dimensión individual donde desarrolla su personalidad y su ser. Esto está integrado a una dimensión más general que nos permite convivir en sociedad. Un hombre aislado no puede desarrollarse como persona, por ello lo estamos sintiendo tanto”, remarcó.
Esta realidad, esto se suma a una necesidad cada vez más marcada de “agrupamiento”. Con el correr de los años, esta tendencia se fue potenciando y puede evidenciarse en el nacimiento de las redes sociales.
“Una de las cosas que siempre señalo como estrategia es vincularnos. Normalmente, tenemos una red que trasciende a las personas con las que convivimos. Debemos tratar de estar en ese contacto permanente, escribiendo, llamando. Es decir, compartiendo un rato del día con otros”, aconsejó.
