La celebración genera la ingesta excesiva de comida rica en grasas y bebida con alcohol, lo que puede producir malestares físicos. Durante estas fechas aumentan un 30% los casos de este tipo en las guardias. Comer sano y beber con moderación, las claves para una jornada en familia.
El último mes del año transcurre entre festejos, despedidas y el corolario final son las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Esa combinación de celebraciones a veces tiene consecuencias para la salud. Según datos de las guardias de la Provincia, en diciembre aumentan casi un 30 por ciento las consultas por intoxicaciones o por cuestiones derivadas de los excesos en la ingesta de comida.
A partir de esta estadística y teniendo en cuenta que las comidas frías y la cocina casera cumplen un rol central en las reuniones de fin de año, la Oficina de Alimentos del ministerio de Salud de la Provincia recomendó tomar algunos recaudos a la hora de elegirlos, cocinarlos y consumirlos para evitar intoxicaciones o enfermedades relacionadas con la comida.
Según señalaron los especialistas médicos, los cuadros pueden ser bacterianos o infecciosos. En el primer caso, una de las patologías más frecuentes es la salmonelosis, proveniente del género de bacterias salmonella. “Estos gérmenes están presentes en las mayonesas caseras, por el huevo, y en los pollos mal cocidos, porque justamente son estos animales los que se contaminan con la bacteria”, señalaron. Las consecuencias pueden ir desde una diarrea hasta un cuadro de intoxicación grave que derive en internación.
Otra bacteria presente en los alimentos mal cocidos o conservados de manera incorrecta es la escherichia coli, que puede manifestarse de diferentes maneras, aunque la más frecuente y peligrosa es a través del Síndrome Urémico Hemolítico, que afecta sobre todo a niños pequeños.
Las altas temperaturas y una conservación inadecuada de los alimentos favorecen el desarrollo de bacterias preformadas en los lácteos. Por este motivo, es importante que no se corte la cadena de frío para no permitir la colonización y reproducción de los gérmenes.
Muchas veces también son los helados u otros lácteos los que provocan malestar ya que, sino conservan debidamente la cadena de frío, repercuten en la salud gastrointestinal de los niños y ocasionan diarreas con el consiguiente riesgo de deshidratación.
Recomendaciones a la hora de comprar y consumir
Al ir al supermercado, siempre hay que dejar para el final la compra de los alimentos perecederos, chequear las fechas de vencimiento, y no mezclarlos con el resto de los productos. Desde la compra hasta el momento de colocarlos en la heladera, no deben transcurrir más de dos horas, ya que se pierde la cadena de frío.
En relación a la higiene, los especialistas insistieron en que tanto antes de empezar a cocinar es fundamental lavarse las manos hasta las muñecas con abundante agua y jabón y utilizar utensilios y recipientes bien limpios.
Se deben utilizar diferentes utensilios para alimentos crudos, frutas y verduras y alimentos cocidos; y lavarlos entre un uso y el siguiente.
Con relación a la cocción de los alimentos, se deben cocinar completamente, tomando recaudos especiales con las carnes y pescados, de gran consumo en ésta época. Los alimentos se cocinan completamente cuando llegan a una temperatura interna superior a los 70 grados.