Un estudio reciente revela la estrecha relación entre la ingesta de glucosa y la detección de enfermedades crónicas como diabetes, obesidad e insuficiencia cardíaca. Los especialistas advierten que su reducción en la dieta diaria otorgaría beneficios sustanciales.
La investigación pretende prevenir e informar acerca de las dificultades que puede generar el consumo excesivo de azúcar en las comidas. Como cualquier excedente de este producto es convertido por la insulina en grasa, las consecuencias son indeseadas.
De acuerdo a los datos aportados por la Universidad de California, en Estados Unidos, se comprobó que más allá de la proporción en que se consuma, la glucosa puede desencadenar trastornos crónicos como diabetes, enfermedades cardíacas y obesidad.
Durante el análisis, que se extendió por nueve días, se estudió el accionar de 43 niños de raíces hispanas y afroamericanas de entre 8 y 18 años con sobrepeso. Se reemplazó en la dieta de cada uno de ellos el azúcar procesada por almidón, sin reducir la cantidad de calorías que consumían habitualmente.
Las conclusiones fueron alarmantes: Algunos de los ellos pasaron de ser resistentes a la insulina, a ser sensibles a ella. A su vez, la mayoría de los participantes perdió peso, redujo el número de calorías diarias hasta un 10 por ciento y los niveles de azúcar en ayunas hasta un 53 por ciento.
En tanto, mejoraron sus niveles de triglicéridos, insulina y de lipoproteína de baja densidad, es decir, de colesterol. Asimismo, disminuyó la cantidad de grasa en el hígado que presentaban.
Todo esto les permitió comprobar que el azúcar "es una sustancia tóxica, más allá de sus propias calorías e independientemente del peso de quien la consume". De esta forma, los autores del trabajo aconsejan reducir notablemente la ingesta de alimentos ricos en este producto.
Entre algunas de las secuelas comprobadas se encuentran:
En función de ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la ingesta diaria recomendada debe limitarse al 5 por ciento del aporte calórico cotidiano.
La entidad resalta que el mayor problema radica en que gran parte del azúcar que consumimos diariamente se encuentra oculta en alimentos que no son considerados como dulces. Por ejemplo, una lata de gaseosa contiene hasta 40 gramos de azúcar, el equivalente a diez cucharadas de café.
En la Argentina, el 60 por ciento de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Ese porcentaje ya alcanza al 30 por ciento en los adolescentes, de acuerdo con la última encuesta nacional de factores de riesgo.
Por lo que, los mayores no deberían consumir más de 12 cucharadas de té por día, y hasta nueve cucharadas en el caso de los chicos. Esto reduciría directamente el riesgo de padecer dolencias asociadas.