Se trata de Felicitas Timozuk. El año próximo viajará a Nueva York becada por uno de los grandes maestros de ballet a nivel mundial. Conocé todos los detalles.
La historia de una bailarina esconde atrás de sí mucho sacrificio, preparación y sueños. Es que el ballet tiene su propio idioma y hablarlo con el cuerpo no es nada sencillo. Este es el caso de Felicitas Timozuk, una de las grandes promesas de la danza clásica. La joven vecina de Burzaco tiene 14 años y es alumna del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.
“Ella nunca bajo los brazos, tuvo miles de no pero igual siguió trabajando mucho para lograr sus objetivos. Son años de preparación, años de dejar muchas cosas de lado pese a su corta edad. Tiene muy en claro lo que quiere lograr. Es su vocación y entendí que el momento de estudiar y prepararse es ahora. La carrera de bailarina arranca muy joven y también termina siendo muy joven”, expresó su mamá Erika Weber, en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Inquieta y curiosa. Con solo tres años, Felicitas comenzó a tomar clases de danza en un instituto amigo. Resulta que una allegada a la familia había abierto recientemente una escuela de baile en Burzaco. Esta representaba una buena oportunidad para que la niña diera sus primeros pasos. “A partir de ahí no paró más. Luego la inscribí con otra profesora muy conocida de la zona”, recordó la vecina del barrio Corimayo.
La pasión no tardó en reflejarse, el amor por este arte comenzaba a manifestarse suavemente en cada acto de su vida. Con el correr de los años, había algo que le fascinaba sobre el resto de las cosas, y eso era el ballet. “Empecé a notar que si tenía cumpleaños que justo eran en horario de clases, no quería ir”, sostuvo Erika.
Además agregó: “Otra cosa se dio con las zapatillas de punta. Entre los 8 y 9 años es cuando comienzan a usarlas, pero siendo más chica le pidió a la maestra si podía ir una hora antes a hacer barra con las más grandes, para fortalecer y poder usarlas. Cuando le dijeron que ya estaba preparada se puso a llorar".
Felicitas comenzó a tomar cada vez más clases, sus profesores notaban que tenía condiciones. Entonces decidió ingresar al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. El proceso no fue nada fácil, pero lo logró. La joven browniana fue una de las cuatro seleccionadas que ingresaron en su nivel.
"De chica, cuando reinauguraron el Colón, quiso conocerlo. Hasta ese momento sólo lo había visto por la televisión. Justo había Opera, pero la llevé igual. Su objetivo desde muy chiquita siempre fue entrar ahí. Es su lugar en el mundo”, detalló.
Con apenas 13 años, se presentó a las tres instancias eliminatorias. Debió atravesar primero un examen físico. Quienes superaban esa etapa se presentaban a dos pruebas de danzas donde se evaluaba la técnica. Finalmente tenían que rendir francés y música.
“Suelen entrar entre un 5 y 10 por ciento de la cantidad de chicos que se anotan. Ella por su edad logró entrar a tercer año. Esto es más difícil porque el curso ya estaba armado. Se tuvo que preparar mucho, venimos haciéndolo con maestros en Capital", contó su mamá.
Este sacrificio individual, requiere el esfuerzo y la ayuda de la familia. Es que las clases son de lunes a viernes siempre por la mañana. La carrera se dicta en ocho años y uno de perfeccionamiento. Además, toma otras clases en Capital y muchas veces termina saliendo de su casa a las 5 para retornar las 17.
En forma paralela, continúa con sus estudios secundarios bajo la modalidad a distancia en el Ejército Argentino. Este representa uno de los requisitos del Instituto de Arte. Sin embargo, no obliga a que sus estudiantes lo hagan de manera presencial. “Es el segundo año que estudia de esta forma, de otra no le darían ni los horarios ni el físico. Este es un lugar para chicos de alto rendimiento”.
En octubre viajará a Mendoza, seleccionada por el Concurso Prixx de Jóvenes Argentinos, “Giros Pro danza”. Se realizará en el reconocido Teatro Independencia.
Por otra parte, la browniana preparará sus valijas rumbo a Nueva York. Es que fue becada por la escuela del maestro Sergio Neglia, considerado uno de los grandes maestros de ballet a nivel mundial. Él es bailarín, coreógrafo e hijo del famoso primer bailarín del Teatro Colón, José Neglia.
“El maestro da clases en el país una o dos veces al año. Viaja por diferentes puntos del país, seleccionando y becando chicas. Mi hija irá en junio del año que viene, en su verano”, explicó orgullosa.
