Lo expresó Julio González Insfrán, secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales. Remarcó que la Hidrovía Paraguay-Paraná puede ser el pilar de una reactivación económica sobre bases sustentables.
Los sistemas logísticos modernos son multimodales: aprovechan las ventajas relativas de cada medio de transporte para cada uso y cada ámbito geográfico, para reducir los costos y permitirles a los productores de cada región ganar competitividad.
Pero, según Julio González Insfrán -vecino de Almirante Brown-, quien se desempeña como secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, este concepto no se ha aplicado aún en la Argentina.
“Hoy a los productores del norte argentino les resulta más caro transportar su carga hasta el puerto de Rosario que llevarla desde allí en un barco de ultramar hasta Holanda, lo que le genera a nuestro país un serio problema de competitividad”, señaló el también vicepresidente de la sección de Navegación Interior de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF).
El mayor síntoma es el desaprovechamiento de la Hidrovía Paraguay-Paraná, una enorme “autopista de agua” que permitiría, a bordo de convoyes de barcazas capaces de transportar 40 mil toneladas en un solo viaje, reducir cinco veces los costos logísticos de la producción en la región norte, centro y litoral.
A pesar de contar con este formidable recurso, el 85% de la producción argentina se transporta en camiones (el medio más caro, ineficiente y contaminante para grandes cargas), un 14% en ferrocarril, y apenas un 1% en buques, el medio más económico y ecológico.
“Transportar una tonelada de carga en camión cuesta 10 centavos de dólar por kilómetro, mientras que en un buque cuesta 2 centavos por kilómetro, por eso los países que cuentan con ríos navegables utilizan mayoritariamente el transporte fluvial y reservan los camiones para los tramos cortos sin vías férreas”, explicó González Insfrán.
Pensando en un diseño multimodal –y optimista con los recientes anuncios del gobierno nacional en relación con reactivar la Hidrovía–, el dirigente sindical impulsa el proyecto de diseño y construcción, en astilleros argentinos, de remolcadores de empuje a GNL, capaces de reducir hasta un 76% los costos del transporte fluvial.
El GNL (gas natural licuado) es además un combustible abundante en la Argentina, y está siendo usado en Europa como estándar por ser mucho más ecológico que el fueloil usado tradicionalmente.
“La Argentina puede convertirse en proveedor mundial de este combustible ecológico”, señaló el titular de este sindicato, que el año pasado inauguró su Oficina de Acción Climática para traccionar y concientizar sobre la problemática del cambio climático y la necesidad de una reactivación económica basada en la sustentabilidad y en energías más limpias y renovables.
González Insfrán recordó además que hoy la Argentina pierde 3400 millones de dólares en concepto de flete por no contar con buques mercantes propios, por lo que estimó urgente reglamentar la legislación para el sector sancionada por el Congreso en 2018, y establecer un régimen fiscal que favorezca el transporte de carga en buques de bandera nacional: “Con recuperar apenas un 10 por ciento de la carga que hoy sale de puertos argentinos en buques de bandera extranjera, el país generaría 1.200 millones de dólares anuales”.
