Se desempeñan en la Escuela Primaria N°77 de Burzaco. Sorprendieron a 60 alumnos y les regalaron además un desayuno. Mirá los videos.
Terminar la primaria significa despedirse de los maestros y comenzar un nuevo ciclo con mayores responsabilidades. Es por eso que el último año se vuelve tan emotivo. Sin embargo, debido a la pandemia, los alumnos debieron seguir con las clases de manera online y se vieron imposibilitados de disfrutar estos últimos meses en las aulas.
Un grupo de docentes de la Escuela Primaria N°77 de Burzaco decidió hacerle frente a esta situación. Organizó una entrega de medallas casa por casa. Es que es uno de los eventos más importantes para los egresados y simboliza la despedida del colegio.
En un principio, la idea era solo llevarles a cada alumno un desayuno. Parte del personal aportó dinero para elaborar las bandejas. Su armado estuvo a cargo del profesor de artística e incluyó una taza sublimada, un jugo y varias golosinas.
Más tarde, surgió la posibilidad de hacer además el acto escolar. Así, las maestras aprovecharon para confeccionar la típica bandera de egresados que suelen hacer los chicos durante el trascurso del año.
Contagiando alegría, una colorida caravana de seis autos partió el pasado 2 de diciembre desde la puerta de la institución. El trayecto comenzó a las 8:30 y se extendió hasta las 16. Visitaron 60 domicilios en total.
“Tanto para las familias como para los chicos era sorpresa. Inventamos que habíamos pagado un fotógrafo y que tenían que poner en la puerta de la casa un par de globos y un cartel que diga ‘Egresados 2020- Escuela 77’”, contó Alejandra Solari, directora de la escuela, en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Ya en puerta de la vivienda, las maestras hacían notar su presencia al ritmo de las bocinas. Tomando todas las medidas preventivas debido al Coronavirus, alumnos y docentes se sacaban la foto con el marco que habían preparado, luego se les entregaba el diploma y los padres se encargaban de colgarle la medalla al egresado.
“Se agarraban las cabezas sorprendidos, emocionados. A algunos les daba vergüenza, pero se les veía la alegría. Tanto los chicos como los padres, llorando. Incluso los mensajes después de las madres y de los papás. Todos recontra sorprendidos”, indicó.
Pero eso no fue todo. Cada curso firmó una remera que va a ser enmarcada y colocada en el Salón de Usos Múltiples del edificio. De esta manera, serán recordados como “La promo de la pandemia”.