Por el partido de vuelta de la “Copa Almirante Brown por la inclusión social”, el “Azul” goleó a Claypole en el Capocasa. Ledesma, Brianese y Alegre, sentenciaron el 3-0 definitivo (global 3-1). El “Tambero” terminó con un jugador menos tras la expulsión de Vidal.
En pleno carnaval y con más de 30° de calor, el estadio de Claypole fue una fiesta aunque el que terminó festejando fue el visitante. Se vivió una nueva edición del clásico sureño muy positiva, ya que no se registraron incidentes.
Después de un gran recibimiento, el “Tambero” había comenzado más activo el primer tiempo, pero todos los planes se derrumbaron cuando San Martín de Burzaco consiguió abrir el marcador a los 9’. Al igual que en el Francisco Boga, un error defensivo le facilitó la conquista.
“Chiqui” Ledesma, goleador nato, no se confió y fue a buscar una pelota que parecía controlada por el rival. Tuvo premio y sólo tuvo que empujarla a centímetros del arco. Llegó 1-0 y festejó desaforado en el alambrado, de cara a la delegación visitante.
A los 15’, pudo estirar la diferencia en los pies de Brianese, quien se encontró con el arco libre e increíblemente la tiró por arriba.
El “Tambero” intentó inclinar el juego por la derecha con Matías Cejas como arma principal. No fue el mejor partido del equipo. Perdió todos los rebotes y la última línea no hizo pie en todo el encuentro. El capitán sostuvo una gran actuación hasta que fue sustituido en la etapa complementaria.
“Sanma” por su parte, no fue mucho más, pero cuando la pelota llegaba a los pies de Barabas era otra cosa. El mediocampista hizo todo bien, pausas, piques, apareció por derecha y por izquierda y no encontraron la forma de pararlo. Por medio de él, llegó la segunda conquista.
En los últimos 45’, desbordó a su marca y tiró un centro pasado que Brianese conectó de lleno con la cabeza para estampar el 2-0 que, a esa altura, ya le alcanzaba para hacerse con la copa.
Galeano, el DT del “Azul” se mostró muy activo, alentando constantemente a sus dirigidos y conforme con lo que estaban haciendo. Baillié movió las fichas y mando a Ignacio Díaz, el arquero suplente, a jugar de puntero por la derecha. Una locura más del “Loco” que no desentonó. Tras un cabezazo de Fassi, Díaz casi descontó. Sacó un derechazo fuerte que pegó directamente en el travesaño de Scurnick.
Antes, a los 14’ y con Sergi ya en el campo, Vidal había visto la tarjeta roja al cruzarse con el delantero y empujarlo. El árbitro vio la jugada y lo mandó a ducharse antes de tiempo. El visitante le cedió la pelota a Claypole, se replegó en su campo y aguantó de la mejor manera: con una defensa muy firme, que no dio lugar a alguna otra jugada de riesgo.
En la desesperación, los locales apostaron a los pelotazos, pero la muralla que construyó “Sanma” ganó todas las envestidas. Para culminar y convertir el triunfo en goleada, quien podría anotar, en carnaval si no era Alegre. El 17 ingresó promediando el segundo tiempo y antes de que el duelo se muera, sentenció el 3-0 definitivo.
