La víctima relató que los ataques ocurrieron cuando vivía en la localidad browniana. “Fue duro, pero es completamente reparador", expresó a De Brown sobre la decisión de contarlo.
A sus 34 años, Patricia Aguirre denunció a su tío ante la Justicia. Testificó que fue abusada sexualmente por él cuando tenía entre cinco y diez años. Pese a que el caso prescribió, ahora podría llevarse adelante un “Juicio por la Verdad”.
Aguirre relató que los hechos sucedieron entre 1990 y 1995. Luego de que sus padres se separaran, ella se fue a vivir con su madre a una vivienda en el barrio Gorriti en Glew. En la casa de atrás vivía Manuel Romero, el acusado.
“Los abusos ocurrían en situaciones hogareñas cuando mi mamá me dejaba al cuidado de mi abuela o de mis tías y ella se iba a trabajar”, reveló la mujer en diálogo con www.deBrown.com.ar. Y detalló: "El me besaba, me tocaba, me metía en su cama, metía su pene en mi boca".
A los nueve años, la víctima se mudó a San Vicente. “Los abusos continuaron, pero me llevaba a pasear en su camioneta y ahí generaba sexo oral. Y a partir de que uno empieza a entender, me empecé a alejar”, resaltó.
Patricia empezó a evitar las situaciones en las que estaba a solas con su tío. Fue así que el tiempo siguió su marcha. Finalmente, el año pasado, decidió contarles lo que había sufrido a sus parientes y, a los pocos meses, realizar la denuncia formal.
“Cuando fui mamá, me di cuenta que yo no quería criar a mi hija en el seno de una familia donde había un pedófilo. […]Con mucha terapia, logré decir mi verdad, apartarme a ahí y sacar a mi hija de un seno familiar de abuso sexual, mentiras y secretos”, explicó respecto a qué la motivo a dar a visibilizar su caso.
Radicó la denuncia en la DDI de La Plata. Pese a que su caso había prescripto, el juez de Garantías de Lomas de Zamora Gabriel Vitale solicitó que se lleve adelante un “Juicio por la Verdad”.
Aguirre explicó que no se puede condenar a su tío en caso de la Justicia lo encuentre culpable. Sin embargo, el magistrado consideró que ella como víctima tiene derecho a que el acusado pase por un juicio oral. “Hay muchísimas pruebas de que él lo hizo. De hecho él lo admite, lo reconoce en un audio”, señaló a este medio.
Ahora, la Sala 1 de la Cámara de Apelación Penal de Lomas de Zamora deberá resolver si da lugar a este pedido o si se archiva.
Varios años de terapia hicieron que pudiera entender muchas cosas respecto a su pasado, sobre todo los sentimientos de enojo que estaban muy presentes en su vida cotidiana. El haber podido contar lo que sufrió en su infancia permitió que pudiera dejar de cargar esa mochila tan pesada.
“Pase por distintos estados de angustia, de malestar. Otros de mucha tranquilidad, de sentirme aliviada. Uno tiene picos de estar muy bien y muy mal. Esto es lo que te da liberarte de una verdad tan pesada. Fue duro, pero es completamente reparador“, concluyó.