Durante su historia, el arte cobró gran relevancia para el desarrollo de la comunidad. Conocé sus lugares emblemáticos.
Mientras el país conmemora el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, Almirante Brown está de festejo por el aniversario de una de sus localidades más antiguas. Se debe a que Glew conmemora este jueves, 12 de octubre, sus 158 años de historia.
¿Cómo se fundó?
Sus orígenes datan de 1810. Doña Clotilde, una dama muy reconocida de la época, heredó de su esposo las tierras de esta zona. Anteriormente, se presume que habitaron pueblos nómades, cazadores y pescadores, de los que han quedado pocos rastros.
El nombre actual de la localidad apareció recién en 1857, cuando adquiere los terrenos don Juan Glew. Este edificó el primer almacén de ramos generales en Avellaneda y Moreno. Más tarde, vendió parte de su propiedad al Ferrocarril del Sud y donó en 1865 unas parcelas para las vías y la terminal.
Fue con el arribo del tren que la actual ciudad browniana fue invadida por el progreso. En ese entonces, el exdueño de la estancia se encontraba desaparecido. Sus descendientes dividieron el campo heredado y se adjudicaron distintas fracciones.
Los terrenos ubicados al Este de las vías del tren se llamaron “Pueblo Nuevo de Glew”. La zona se volvió más comercial y aumentó su población. Sarmiento firmó el edicto en 1905 para la fundación de la Escuela Nº4 en Ministro Rivadavia, que luego se trasladó aquí.
En ese contexto, llegó una ola de inmigrantes provenientes de la Primera Guerra Mundial y dieron nacimiento a una inmensa colonia alemana. En 1960, arribó otra corriente migratoria: japoneses que se instalaron en el mismo sitio.
El antiguo pueblo ascendió al rango de ciudad durante 1975, cuando se sumó a las localidades de Adrogué, Burzaco, Claypole, José Mármol, Longchamps, Ministro Rivadavia, Rafael Calzada y San José.
Sitios emblemáticos