Investigadores de la UBA diseñaron un detector portátil que permite identificar el virus sin confundirlo con el zika o el chikungunya. Científicos de la Universidad de La Plata crearon un insecticida biológico para combatir al Aedes aegypti, mosquito transmisor.
Ante la alarmante cantidad de casos reportados en la Argentina, un grupo de jóvenes científicos de la UBA avanzó en el diseño de un detector portátil de dengue que permite identificar el virus sin confundir el diagnóstico con otros de la misma familia, como el zika o el chikungunya, transmitidos por el mismo mosquito.
Lo que resta para el desarrollo del dispositivo, que se encuentra en la etapa final de investigación, es conseguir el financiamiento necesario para su concreción.
Esta creación surge luego de que se revelara que existen deficiencias en los diagnósticos. La nueva herramienta en desarrollo es económica y fácil de utilizar, ya que funciona de forma similar al test de embarazo tradicional, pero basado en una tecnología novedosa que detecta el material genético del virus.
Permitirá arrojar los resultados horas después de efectuada la prueba sin la necesidad de contar con personal capacitado o infraestructura específica. Se trata de un elemento portátil al que se le coloca una muestra de suero con material genético viral, que al ser expuesto a una reacción química, emite una señal de color específica para cada virus.
La iniciativa se enmarca en la competencia TecnoX organizada por el doctor Alejandro D. Nadra (UBA-Conicet) y el doctor Ignacio E. Sánchez (UBA-Uade-Conicet), que apoya a equipos de estudiantes que buscan abordar problemas de relevancia social en América Latina. La competencia promueve el uso de tecnologías de aprendizaje de bajo costo e innovadoras como robótica, software y biología sintética.
Por otro lado, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata desarrollan un insecticida biológico para combatir al mosquito transmisor del dengue, zika y chikungunya, tres virus que tienen en vilo a las autoridades de salud de la región.
El "larvicida biológico" fue creado sobre la base de un hongo acuático, un patógeno natural llamado Leptolegnia chapmanii, hallado en charcos de agua de la localidad platense de Melchor Romero.
Las investigaciones se llevaron a cabo en los laboratorios del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave), un instituto dependiente de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Según detallaron, se lograron resultados positivos utilizando un extracto líquido a base de aceite de girasol como medio de cultivo que le permite al hongo conservar la viabilidad y virulencia. De esta manera se podrá contar con un larvicida de alta efectividad y apto para ser comercializado en el mercado.
Para eso, los científicos del Cepave, junto con expertos del Centro de investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (Cindefi), trabajan en la producción a escala de Leptolegnia chapmanii.
El novedoso desarrollo ya fue testeado en pruebas de campo y en distintas condiciones ambientales, explicó Juan García, el profesional del Cepave que dirige el proyecto acompañado por la doctora Claudia López Lastra.
El desarrollo de la UNLP se encuentra en la etapa de formulación, es decir, se procura optimizar en qué preparado permanece activo por un período de tiempo prolongado y de esta forma poder comercializarlo masivamente.