Así lo aseguró el capitán fluvial Julio González Insfrán, secretario general del Centro de Patrones. Destacó la importancia estratégica del transporte naviero de cargas y remarcó la necesidad de vacunar contra el covid-19 a los trabajadores del sector.
El transporte de cargas por nuestros ríos y mares no ha dejado de funcionar en ningún momento desde que comenzó la pandemia. Esto ha permitido que, a pesar de lo grave de esta emergencia sanitaria con enormes repercusiones sobre la economía y la vida social y política, hayan seguido ingresando divisas por exportaciones a nuestro país.
Entraron productos procedentes del interior y del exterior para el consumo interno e insumos para que las industrias sigan funcionando. Así lo explicó el capitán fluvial Julio González Insfrán, secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo de la República Argentina y vicepresidente de la sección de Navegación Interior para América Latina y el Caribe de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF).
Pese a la importancia de esas funciones –y a pesar del riesgo que implica el permanente contacto con personas y con mercaderías provenientes de todos los rincones del país y del mundo–, el personal de las diversas actividades que conforman este sector de trabajadores esenciales todavía no ha sido incluido en los programas estratégicos de vacunación contra el covid-19, advirtió González Insfrán, quien además es vecino de Almirante Brown.
“Es necesario y urgente que se reconozca el carácter esencial de los patrones de remolcadores de puertos, oficiales y capitanes fluviales, personal de lanchas de amarre, trabajadores de señalización, carga y descarga y tantas otras actividades imprescindibles, cuya vida y salud están en riesgo por ir día a día a cumplir con esas tareas, y que se considere prioritaria por lo tanto su inclusión en los planes estratégicos de vacunación contra el covid-19”, destacó.
El dirigente sindical lamentó el reciente y sorpresivo fallecimiento del Ministro de Transporte de la Nación, quien llevaba adelante un importante proceso de transformación en la Hidrovía Paraná-Paraguay para la recuperación de la marina mercante y la industria naval.
Había trabajado en la creación del Consejo Federal de la Hidrovía y la convocatoria a la participación de todos los protagonistas del sector, incluyendo instituciones públicas y privadas, empresas y sindicatos. “El país necesita que sus dirigentes sigan trabajando en ese mismo sentido”, reflexionó.
“Hay que reconocer el enorme esfuerzo que está haciendo el Gobierno nacional tanto para dotar de una política a este sector, como también para enfrentar esta cruel pandemia que prácticamente no le ha dejado gobernar”, dijo González Insfrán.
El actual proceso de transformación, explicó, incluye entre otras cuestiones la habilitación de un canal de navegación que conectará la cuenca del Paraná con el Mar Argentino (actualmente el grueso del tráfico de salida de la Argentina se da por el Canal Punta Indio, frente a las costas de Montevideo) y la reserva de carga que da prioridad a los buques argentinos para el transporte naviero en aguas argentinas (actualmente realizado en su mayoría por buques que operan bajo bandera paraguaya).
“Es imprescindible que este gobierno y los que vengan profundicen este proceso, para lo cual es necesaria una reforma urgente del régimen fiscal para buques de bandera argentina y la habilitación de líneas de crédito para nuestra industria naval, que está en plenas condiciones técnicas de proveer de barcos pero no cuenta con espalda financiera”, destacó.
Tal como lo había adelantado ya a este medio, el sindicato que dirige González Insfrán lidera, junto con el astillero argentino Paraná Sur, el proyecto para la construcción de los primeros buques remolcadores de empuje de diseño y fabricación argentina.
Podrán guiar convoyes de carga de más de 25 barcazas, lo que permite transportar unas 30 mil toneladas de carga en un solo viaje. Serán propulsados a gas natural licuado (GNL), un combustible del que la Argentina cuenta con fuertes reservas y que promete reducir los costos logísticos a menos de la mitad de lo que actualmente se paga, con un menor perfil de toxicidad ambiental.
En cuanto al tema sanitario en relación con su gremio, el capitán González Insfrán recordó que la actual falta de reconocimiento hacia el carácter esencial de la marina mercante es un claro resabio de la desidia con que los sucesivos gobiernos nacionales han tratado al sector.
“En estas circunstancias, el trabajo del personal de a bordo no es menos importante ni menos riesgoso que el del personal de salud o de seguridad, porque el abastecimiento del país entero depende de esta cadena de tareas que sólo personal específicamente capacitado puede desempeñar, y estamos pidiendo que eso sea tenido en cuenta en los programas de vacunación”, concluyó.
