Lo afirmó Pablo Marciano, taekwondista nacido en Adrogué, tras una brillante actuación en el Mundial de Bielorrusia. Consiguió la medalla de bronce en formas por equipos. “El esfuerzo fue fundamental para viajar”.
Los deportistas brownianos siguen destacándose en cada competencia que se presentan. Pablo Marciano es uno de ellos. El taekwondista oriundo de Adrogué volvió a completar una cita mundialista en gran nivel.
“Me sentí bien. Disfruté mucho de situación que antes con la presión no lo hacía. Fue un punto de rendimiento muy alto. Quedó demostrado con las medallas”, analizó en diálogo con www.deBrown.com.ar.
El nacido en Adrogué fue parte del equipo que compitió en formas que consiguió subirse al tercer escalón del podio. Afirmó que no le sorprendió colgarse la medalla de bronce por el trabajo realizado diariamente en el gimnasio.
“Sentí que a eso fuimos. Estaba seguro que íbamos a obtener algo. Hace dos años nos pusimos la meta para el Mundial y nos esforzamos mucho. Resignamos todo y dejamos hasta la última gota de sudor”, contó.
Marciano tuvo un papel fundamental el en logro. Pasó de ser el capitán a tener el compromiso de coordinar al equipo tras la lesión de Gonzalo Espansandín. “Fue una responsabilidad que me tocó y el sabonim me derivó. Dimos lo mejor de cada uno”, explicó.
En primera instancia, el torneo se iba a realizar en Corea. Pero aquel país estaba envuelto en cuestiones bélicas que llevaron a que el equipo argentino se bajara.
“Este Mundial fue distinto a lo demás. Tuvimos un pequeño altibajo en el medio que debimos superar. Para los otros torneos entrenábamos y teníamos una fecha determinada”, reconoció y añadió que trabajaron anímicamente para contrarrestarlo.
Con 30 años, completó su tercera Copa del Mundo, a lo que señaló que la experiencia ha sido fundamental para el éxito. Lo ayudó a no respetar a las potencias y a marcar presencia ya con un nombre entre las figuras.
Además, destacó la importancia de convertir una debilidad en una fortaleza como el ser amateurs. “Los que practican el deporte como profesionales no tiene la cuota de esfuerzo. Nosotros dejamos la familia y el trabajo de lado. Viajamos casi dos días para llegar”, ratificó.
Por último, piensa en nuevos objetivos para el 2018. “Sueño con otro Mundial. Ahora es el momento de relajarse, pero me siento bien y tengo ganas de empezar a trabajar y clasificar el año próximo. Estoy muy motivado por el resultado”, cerró Marciano.
