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AÑO 11 - EDICIÓN Nº 1946
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SOCIEDAD
martes 26 de junio de 2018

Luciano, el joven de Mármol que luego de cuatro años volvió a oír


Tuvo un accidente que lo dejó totalmente sordo a los 14. Gracias a que su madre no bajó los brazos, fue operado el año pasado en el hospital Garrahan. Se le colocó un implante coclear. Con 19 años, volvió a escuchar.
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La historia de Luciano Pereyra, oriundo de José Mármol, es un ejemplo de que la esperanza es lo último que se pierde. Tras un accidente, el mundo de este browniano quedó totalmente en silencio. De repente “hablar”, algo que antes le resultaba totalmente natural, se convirtió en una de las tareas más complicadas. Luego de cuatro años de lucha y una cirugía, logró volver a escuchar.
Todo comenzó el 1 de mayo de 2014. El joven había ido a bailar en moto con un amigo a Adrogué. Aquella noche, que debía ser sólo una anécdota más de su adolescencia, se convirtió en la peor de todas. Cuando volvían tuvieron un accidente de tránsito.
Producto del impacto, el amigo de Pereyra falleció en el momento. Tenía 25 años y era quien conducía el vehículo al momento del accidente. Afortunadamente, el adolescente de José Mármol logró sobrevivir.
Luciano fue trasladado el hospital Lucio Meléndez, donde estuvo internado durante 22 días. Los médicos le explicaron que, como consecuencia del golpe, se le produjo una pequeña fisura en el cráneo. A raíz de esto, perdió totalmente la audición a la temprana edad de 14 años.
Así fue como la vida de este joven dio un giro de 360°. “Antes, cuando escuchaba, no hablaba mucho, pero cuando le pasó esto se bajoneó y empezó a hablar todavía menos”, contó su hermana Lucía en diálogo con www.deBrown.com.ar.
El broawniano debió cambiarse a la Escuela de Educación Especial N° 508 de Adrogué y ahí pudo abrirse más al mundo. “Comenzó a hablar más porque al ser ahí todos sordos se manejaban a través de señas. Supo aprender cómo hacerse entender”, relató.
 

Una luz de madre

A pesar de todos los diagnósticos, la madre de Luciano, Nilda Sosa, no se resignó a que su pequeño fuera sordo de por vida. A través de un familiar, logró dar con el equipo médico indicado en el Garrahan. Se trata de un hospital pediátrico ubicado en Capital Federal, muy lejos de su humilde hogar. “En sí perdimos la ilusión, pero igual fuimos a probar”, expresó Lucía.
Así fue como aquel nosocomio se convirtió durante tres años para Nilda y su hijo en un destino frecuente. “Tuvieron que hacerle un montón de estudios para ver qué es lo que tenía y qué operación le podían hacer”, explicó.
Finalmente, cuando la esperanza se estaba agotando, el año pasado llegó la gran noticia. “La médica le dijo que podía curarse y que le tenían que poner un implante coclear”, contó. Se trata de un dispositivo electrónico que sustituye la función del oído interno dañado para proporcionar señales sonoras al cerebro.
Luciano fue operado con éxito el 17 de octubre. Un mes más tarde volvió a la clínica para colocarse el implante y activarlo. “Empezó escuchando interferencias. Luego la médica le dijo a mi mamá que le hable y él le respondió que la escuchaba. Fue muy fuerte”, expresó.
Gracias a la cirugía, el joven logró recuperar la audición del oído derecho. “Cambió su vida para bien. Al principio no usaba el aparato porque le daba vergüenza. Ahora lo usa todo el tiempo. Ya se maneja bien”, contó.
Actualmente, Pereyra asiste a la fonoaudióloga una vez por semana para mejorar su habla. Además, se realiza controles de manera periódica en el Garrahan.
 

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