Uno de los ejes de mantener una dieta equilibrada es incluir variados alimentos, sobre todo frutas y verduras, y alejarse de aquellos sometidos a procesos industriales. En Almirante Brown, el consumo de productos orgánicos y naturales suma cada vez más adeptos y abre un nuevo mercado de posibilidades. Cuáles son los costos y beneficios del cambio de hábito que, según sostienen los especialistas, debe ser gradual.
En los últimos años, con el crecimiento de la información virtual y la difusión en los medios masivos de comunicación, se instaló en la agenda del país la importancia de llevar un estilo de vida saludable. Para ello, son influyentes varios factores que apunta al “equilibrio entre la dieta alimentaria, la actividad física e intelectual, la recreación, el descanso y la paz espiritual”.
En ese contexto, son cada vez más las personas que optan por empezar a transitar ese camino, que se distancia de los componentes químicos y artificiales que, en su consumo prologado, provocan efectos adversos a la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), llevar adelante una alimentación sana ayuda a protegerse de enfermedades, como la diabetes, afecciones cardiovasculares -incluida la hipertensión-, hipercolesterolemia, cardiopatías, algunos cánceres, hígado graso, piedras en la vesícula biliar, entre otros padecimientos.
El primer paso para el cambio es modificar el hábito alimenticio. No sólo incorporar frutas y verduras que, según explican los nutricionistas, generan más energía y mejoran las funciones del sistema digestivo, sino también volcarse hacia lo orgánico y natural.
La entidad internacional planteó recientemente en uno de sus estudios que “comer con frecuencia carne roja y todos sus derivados, sería un factor desencadenante del cáncer colorrectal, de páncreas y de próstata”.
Es que “sin conservantes, fertilizantes o azúcar, se vive mejor”, aseguran quienes ya implementaron el cambio en sus vidas. Es que más allá de las tradicionales dietéticas, en la Región comenzaron a instalarse espacios destinados a ofrecer alimentos sin ingredientes industrializados, platos vegetarianos y veganos, entre otros productos que cuidan el Medio Ambiente y al ser humano.
La idea, además de generar un vínculo comercial, es difundir los beneficios de hacer esta elección en contraste con las consecuencias que puede traer el consumo excesivo de comidas sometidas a procesos industriales.
“Se convirtió en una tendencia porque la gente tiene más información y los medios también ofrecen más datos sobre esto. Si bien a veces la información es errónea, igual se está difundiendo de qué se trata y están diciendo algunas verdades que las multinacionales quieren que no se sepan”, remarcó en diálogo con www.deBrown.com.ar Bettina de Girolamo, una de las organizadoras de la “Feria Verde” de Adrogué.
La propuesta, que se puso en marcha desde hace un año en la localidad cabecera del distrito, reúne a productores regionales que cultivan ecológicamente y cosechan el mismo día de la exposición. Su llegada sirvió para satisfacer un sector de la sociedad que, hasta ese momento, debía trasladarse hasta Capital Federal u otros distritos para encontrar productos de esta categoría.
Pero si bien la movida orgánica abre un nuevo panorama de oportunidades, surge la preocupación en cuanto a los costos que genera la decisión de inclinarse por esta forma de vida. “Al principio es un poco más caro. Uno está acostumbrado a ir al supermercado a buscar precios y a tener dentro de la alacena ciertos productos que son de rápido consumo, pero es importante tener conciencia de cómo cuidar el cuerpo”, señaló Bettina.
En este punto, recordando las recomendaciones que brindan tanto nutricionistas como médicos clínicos, señaló que “es importante que el cambio sea progresivo”. “No se debe sacar todo en un día y comprar todo orgánico y natural, sino que la clave es ir conociendo e incorporando los productos”, agregó.
Quienes están sumergidos en esta cultura, sostienen que en primer lugar es una cuestión de aprendizaje y de reordenamiento; y que la consecuencia será sentirse mejor, con más energía y mas saludables, pensando a futuro. Reconocen además la necesidad de poner en la balanza el factor económico y el de la salud; y evaluar cuál pesa más.
“A veces es cuestión de analizar, por ejemplo, los productos de la feria no salen más caros que ir a Mc Donalds. Sin embargo, con el crecimiento del mercado de este tipo de productos, aparecen nuevas opciones y con ellas, varían también sus precios. La idea es hacer una inversión a futuro en salud”, concluyó.
Un “gustito” sin dejar la convicción
En julio de este año arribó a Adrogué “Green Factory”, un local de comida vegana. El espacio fue impulsado por el cantante oriundo de Rafael Calzada Axel. “Queremos promover una alimentación rica y saludable con un diseño vanguardista”, había indicado el artista en diálogo con De Brown durante la inauguración del lugar.
El menú incluye hamburguesas, churrascos o chorizos sin carne. Son de lentejas o seitán, entre otras opciones. También ofrecen roll de trigo, con variadas verduras y quesos veganos. Los postres también respetan los procedimientos: hay budines integral, mouse, bizcochuelo sabor mandarina, crema de cereza bañada en chocolate y demás gustos.
Se trata de una nueva forma de mantener una alimentación a base de productos naturales, pero con el placer de disfrutar de la comida rápida.