Fue trasladado de Italia al Pequeño Cottolengo en el 2000. El intendente Mariano Cascallares visitó hoy su santuario.
Se cumplen dos décadas desde que el corazón de San Luis Orione llegó a las tierras de Almirante Brown. "Vivo o muerto volveré a la Argentina" había dicho el Santo y así se hizo su palabra.
Se lo trasladó el 29 de agosto de 2000. Llegó desde Italia para quedarse definitivamente en el Pequeño Cottolengo. Fue aquí hizo realidad la frase que marcó su vida: "Sólo la caridad salvará al mundo".
El intendente Mariano Cascallares visitó hoy el Santuario del santo donde compartió un momento con el Padre Héctor, a quien le transmitió un afectuoso saludo para toda esa querida institución que “asiste incansablemente a las personas con discapacidad". Asimismo, recordó que hoy se celebra un nuevo aniversario de la localidad San Francisco de Asis.
Por otro lado, el jefe comunal aprovechó también la ocasión para desearle una pronta recuperación al Padre Scali de la Parroquia Santa Ana de Glew.
El sacerdote fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia con el objetivo de que religiosos y laicos, unidos en un mismo camino, transformaran el mundo hacia una sociedad más humana.
Hoy, la "Familia Orionita", está convencida de que “sólo la Caridad salvará al mundo”. Por eso, pone su mayor esfuerzo en hacer de cada una de sus comunidades auténticos “faros de civilización”. Y, sobre todo, expandir esa solidaridad entre los más pobres.
Consideran que cada sacerdote, religioso, médico, educador, joven voluntario, persona con discapacidad, niño, trabajador o amigo de la Obra son la expresión viva y comunitaria de este carisma que Dios confió a Don Orione, para ir a los últimos en nombre de la Iglesia.
