A pesar de que se desaconseja su utilización, miles de ciudadanos lo adoptaron como una costumbre que se repite en las Fiestas de cada año. Quemaduras en manos, dedos, rostro y lesiones oculares, son algunos de los accidentes más frecuentes.
Con el objetivo de concientizar sobre los problemas en la salud que genera el incorrecto manejo de los fuegos artificiales, el Ministerio de Salud bonaerense emitió una alerta. Informó qué hay que saber a la hora de comprarla y cómo evitar sus riesgos.
No se deben adquirir productos en locales clandestinos y es primordial controlar que estén autorizados por el Registro Nacional de Armas y Explosivos (RENAR). A su vez, está prohibida la venta a menores de 16 años.
Desde la cartera de Salud recalcaron no dejar los cohetes y artefactos pirotécnicos en poder de los niños, debido a que las quemaduras en manos y ojos son los incidentes más habituales en este sector de la población.
Recomendaciones
En el caso de que una persona sufra una quemadura, el Ministerio aconsejó lavar la zona lesionada con agua fría para calmar el dolor y frenar la acción calórica, por ejemplo, con hielo. No conviene colocar cremas, pomadas, dentífrico ni ungüentos caseros. Siempre se debe asistir rápidamente al centro médico más cercano.
Mención aparte merece la cuestión de los ojos. Anualmente las estadísticas de lesiones oculares se destacan por sobre el resto. En general, se producen en la córnea, que es la lámina transparente que se encuentra alojada al globo ocular.
En ese sentido, será necesario tomar una distancia prudencial de los artefactos de pirotecnia y controlar su ubicación para que no se disparen hacia las personas ni mascotas.
Nunca hay que trasportarlos en los bolsillos, se debe encenderlos siempre al aire libre y de a uno a la vez. En tanto, los fuegos de artificio proyectables, como cañitas voladoras o cohetes no deben apuntar hacia las personas, las viviendas, ni encenderse cerca de vehículos o elementos combustibles.
Por último, si cae fuego sobre la ropa de alguien se lo debe sofocar envolviendo al afectado con una manta o haciéndolo rodar sobre el suelo; y si se sufre un incidente con compromiso ocular, evitar que se toque los ojos.