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AÑO 12 - EDICIÓN Nº 2328
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SOCIEDAD
martes 29 de abril de 2014

Tras el paro en el Registro Inmobiliario, persisten las dificultades en el sector


Por una medida de fuerza realizada por los empleados de la dependencia provincial, que emite la documentación de las operaciones inmobiliarias, hubo un freno en las negociaciones de compra-venta y alquileres de propiedades. En el distrito, los martilleros confirmaron a De Brown que "las consecuencias son fuertes" y "agravaron las circunstancias que ya estaban complicadas”.

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En un escenario complicado por la inestabilidad en el valor del dólar y las dificultades para acceder a esta divisa, el sector inmobiliario se vio afectado aún más por la paralización en las operaciones, debido a un paro en el Registro de la Propiedad Inmueble de la provincia de Buenos Aires. Si bien la medida de fuerza se levantó a fines de la semana pasada, las consecuencias persisten en un mercado que hace tiempo estaba estancado.

El conflicto que agravó el panorama, comenzó los últimos días de febrero cuando los empleados de la dependencia provincial iniciaron un plan de lucha en reclamo de mejoras salariales, por el cual llevaron a cabo “trabajo a desgano”, recorte de tareas e incluso llegaron al cierre total del edificio.

De esa manera, se paralizaron las transacciones de compra-venta y alquiler de inmuebles así como las operaciones de embargos, sucesiones y certificados de dominio sin los que, por ejemplo, es imposible saber si una propiedad tiene hipotecas.

“El paro afecta muchísimo. Teóricamente habrían llegado un acuerdo, pero no es inmediata la reactivación. Es mucho el trabajo atrasado y se debe esperar más tiempo del requerido”, señaló en diálogo con www.deBrown.com.ar el martillero y corredor público Félix Brie, de la inmobiliaria de Adrogué Díaz Mayer & Brie.

En consonancia, su par Cristian Carrizo de “Carrizo y Carrizo Negocios Inmobiliarios” señaló que “todavía no se está trabajando regularmente” y más allá de que la situación se normalice, el trabajo no se va a regularizar inmediatamente “porque hay muchos informes demorados que pueden tardar entre 30 y 45 días más en salir”.

“No se pueden hacer escrituras, desde febrero a la fecha no hubo informes y eso perjudica al sector inmobiliario”, agregó el martillero. Además, especificó que también “se vio afectado el mercado de alquileres” y aclaró que, en términos normales, ese tipo de operaciones tardan entre una semana y 15 días.

En ese contexto, mencionó que la problemática provincial los perjudicó específicamente porque tenían una propiedad reservada y las demoras en la emisión de los certificados llevaron a que a una de las partes involucradas se le venciera el crédito hipotecario con el que contaba para hacer la transacción.

Más allá de este caso en particular, desde el Colegio de Escribanos bonaerense informaron que la cantidad de escrituras firmadas tuvieron una caída del 24 por ciento, en comparación con el mismo período del año pasado. Y en ese sentido, el titular de la entidad, Jorge Mateo, consideró que "las circunstancias planteadas en esta compleja realidad desactivan todo posible indicio de recuperación de un sector que ha sido golpeado por la situación económica nacional".

En ese punto, desde Furriel Propiedades -inmobiliaria de Burzaco, con más de 40 años de trabajo en el Almirante Brown- coincidieron en que “las ventas están complicadas” y que el cese de actividades en el Registro tuvo un gran impacto “en el mercado de alquileres”, que es donde en estos tiempos se registra “mayor movimiento”.

"Hace un mes y medio que hice todos los trámites para alquilar una propiedad y todavía estoy esperando que me aprueben la garantía. Se me venció el contrato con el alquiler anterior y tengo que hacer malabares para ubicar mis muebles en las casas de mis familiares hasta que aprueben y entreguen el nuevo inmueble", expresó Catalina Ferrer, vecina de Longchamps.

“Creo que el año pasado fue de los peores y este viene igual, no sabemos lo que va a pasar, es catastrófico. Nosotros tenemos clientes fijos de hace muchos años, pero no me quiero imaginar lo que es para una inmobiliaria nueva”, relató a este medio la martillera pública Alejandra Lettieri, quien indicó además que “casi no hay ventas”.

En la misma línea, Brie reparó en que “la zona urbana está deprimida en cuanto a compra-venta porque no hay una moneada de referencia, entonces es difícil llegar a un acuerdo”. En su caso puntual, señaló que en esta etapa crítica subsisten gracias a la comercialización de lotes, que es “donde la gente está poniendo sus ahorros”.

Frente a este panorama, no se percibe una mejora general en el corto plazo, sobre todo si -según indican los operadores inmobiliarios- “el mercado está funcionando en un promedio del 30 por ciento”, respecto de la totalidad.

“De acuerdo al nivel de inflación, no tengo grandes expectativas. Uno espera que se modifique, en ese sentido tenemos las mejores expectativas, pero la realidad marca otra cosa”, sostuvo Carrizo. Con una perspectiva similar, Brie insistió que un factor de cambio sería la existencia “de un valor de referencia fijo para que se pueda llegar a un acuerdo y avanzar en la concreción de operaciones”.

 

 

 

 

 

 

 

 

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