Brown de Adrogué, San Martín de Burzaco y Claypole, sufrieron la falta de resultados. Deberán sumar la mayor cantidad de puntos en el próximo semestre para no quedar comprometidos.
Los representantes del distrito en el fútbol grande no terminaron de la mejor manera el 2016. A excepción del “Tambero” que logró salir de la zona de desafiliación, el “Azul” y el “Tricolor” quedaron lejos de las posiciones de vanguardia a las que aspiraban.
El conjunto dirigido por Pablo Vicó tuvo un gran comienzo en el torneo de la “B” Nacional al cosechar siete puntos sobre nueve posibles y convertirse en uno de los líderes. Sin embargo, el rumbo de los de Adrogué cambió a partir de la octava fecha, cuando sufrió una dura goleada por 5-2 a manos de Instituto de Córdoba.
Esa derrota significó un quiebre que se profundizó aún más. Una semana después, en la insólita caída por 2 a 1 ante Chacarita en el Lorenzo Arandilla, después de ir ganando por la mínima durante casi 90 minutos.
A partir de allí, el recorrido deparó seis derrotas, cuatro victorias y un empate, resultados que dejaron al crédito de la ciudad cabecera en la duodécima posición con 25 unidades.
Brown nunca encontró una regularidad y mostró serios desajustes defensivos en toda la campaña. Deberá trabajar mucho a lo largo de la pretemporada para ser ese equipo que pretenden cuerpo técnico, jugadores e hinchas.
En San Martín de Burzaco todo fue cuesta arriba desde la partida de Cristian Ferlauto, quién se fue a dirigir al fútbol peruano. Martín Pellegrino, el reemplazante, no pudo llegar a los futbolistas con su mensaje y debió renunciar al cargo promediando el campeonato.
Los refuerzos que arribaron tampoco suplieron a las figuras que partieron hacia otros rumbos y el once titular fue variando cada partido. “Sanma” no entregó garantías en defensa ni en ataque, siendo un elenco anémico a la hora de elaborar situaciones de riesgo en el arco contrario.
Así, producto de tres triunfos, ocho empates e igual cantidad de tropiezos, finalizó el año en la décimo octava posición, a sólo un punto del colista Dock Sud, que tiene 16. Con el regreso de Diego Galeano a la dirección técnica, todo el público del “Azul” espera que el próximo año sea diferente y lejos de las últimas ubicaciones.
Claypole fue el que peor arrancó, pero mejoró su semblante sobre el final. Las primeras fechas fueron catastróficas para el “Blanquinegro” al acumular cinco derrotas consecutivos y ni un solo gol a su favor.
Tamaña negatividad se llevó consigo a la dupla técnica que conformaron Diego Alaniz y Guillermo Rodríguez. La salida de estos, recayó en el retorno de Héctor Baillie al banco de suplentes.
Todo cambió a partir de la asunción del “Loco”, quien renovó las esperanzas a partir de trabajo y especialmente, de resultados. Ya en su debut, rompió la malaria al vencer a Muñíz por 1-0. Posteriormente, consiguió vencer a Yupanqui, Argentino de Rosario y Victoriano Arenas, para de esta manera abandonar la zona roja que hoy ocupa Centro Español.
El primer paso para conservar su lugar en la Primera “D” ya está dado, pero el “Tambero” no puede relajarse y sabe que continuar por este camino es la única forma de cumplir el anhelo de toda su gente.