Se trata de Dario Mario Romero, de la línea 501. Estuvo internado durante 20 días, al igual que su esposa e hija. “Es difícil. La gente no toma conciencia porque no lo vivió", confesó a De Brown.
El fallecimiento de un colectivero de Lanús por Coronavirus golpeó a toda la Región. Él- como tantos otros choferes- ponía diariamente su vida en riesgo para brindar un servicio esencial a la comunidad. Afortunadamente, en Almirante Brown, el caso de Dario Mario Romero, conductor de la línea 501, tuvo un final feliz.
A pesar de que tomaron todos los recaudos -tanto en la empresa donde trabaja como en su hogar- el vecino de Glew y su familia contrajeron el virus. Si bien ninguno tenía alguna enfermedad que pudiera complicar su estado, debieron permanecer internados durante 20 días en la Clínica Munro.
El browniano comenzó a sentir los primeros síntomas el lunes 11 de mayo. Al principio se trataba solo de tos, pero a la noche su cuadro se complicó. “Levanté mucha fiebre. Se me rajaban los huesos del dolor”, confesó Romero, de 50 años, en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Misteriosamente, al otro día, parecía ya estar recuperado por lo que desde el 148 le indicaron que podría ser una gripe. Sin embargo, nuevamente, recayó el miércoles de esa misma semana. Fue en ese momento cuando se presentó en el UPA de Longchamps y le hicieron el hisopado.
“Te sacan secreción de la nariz y garganta como prueba de análisis. Lo hacen con un cotonete largo que introducen por la fosa nasal. Te duele y te impresiona”, detalló.
Poco tiempo después se enteró que él y toda su familia tenía la enfermedad. “Se te viene el mundo abajo porque no sabes cómo vas a reaccionar. El problema es que no sabés lo que viene después. Nosotros tuvimos suerte”, expresó.
#Sociedad Un colectivero de la línea 501 dio positivo de Coronavirus 👇https://t.co/30LLh8kIgj pic.twitter.com/mD1JsSHYNN
— Noticias De Brown (@debrownweb) May 16, 2020
Ya con los resultados y a raíz de los síntomas que manifestaban, Romero, su esposa, y su hija de 14 años fueron trasladados por la ambulancia a la Clínica Munro; mientras que su otro hijo de 22 quedó aislado en la casa ya que, pese a tener el virus, no presentaba ningún tipo de signo.
“Los primeros cuatro días míos fueron muy difíciles. Mucho antibiótico. Me faltaba el aire en los pulmones, no podía respirar. Sentía mucho dolor de espalda, agitación. Perdés el gusto y el olfato y te arden mucho los ojos”, contó.
Sin embargo, el colectivero confesó que lo más difícil fue estar separado durante 20 días de sus seres queridos. Es que si bien fueron todos internados en el mismo nosocomio, su pareja, de 48 años, y la menor estaban hospitalizadas a seis habitaciones de la suya. En el caso de la mujer necesitó en un principio ser asistida con oxígeno.
La semana pasada llegó la noticia tan esperada: le dieron el alta. Ya recuperados de la etapa más crítica, volvieron a sus hogares, pero antes debieron firmar una declaración jurada que continuarían en cuarentena en su domicilio.
En este marco, desde el gobierno local llevan adelante el seguimiento correspondiente del caso. “Me llaman desde el Municipio muchas veces, a mi señora también. Nos ofrecieron asistencia psicológica y mercadería”, detalló.
Si bien los cuatro pacientes conviven en el mismo hogar, por ahora lo hacen de manera separada como medida de prevención. Es que a Romero los últimos hisopados le dieron negativo, mientras que al resto de la familia aún continúan dándole positivo.
“Demora mucho la recuperación. Yo ahora me agito, me canso, me duele la espalda. Hay gente que lleva más de tres meses con dolores persistentes”, advirtió.
Tras haber superado la enfermedad, el browniano resalta la importancia de que la población tome todas la medidas de prevención que estén a su alcance. “Es difícil. La gente no toma conciencia porque no lo vivió. Si vos no lo sufrís, decís me voy a comprar, a correr o a hacer otra cosa. En el segundo piso de la clínica donde estamos, en el sector de Covid-19, estaba lleno de pacientes. Cuando te pasa, ahí te das cuenta de todo”, concluyó.
