Se trata de Patricia Soto y Juan Sebastián Fabi. A raíz de la avance del Coronavirus, la demanda de sus productos aumentó considerablemente. "Estamos muy felices", aseguraron a De Brown. Conocé su historia.
Desde 2017, un matrimonio se unió para crear una máquina con el poder para desinfectar un vehículo y, más tarde, a una persona. Lo que no sospechaban es que años después se convertiría en un arma fundamental para luchar contra una pandemia mundial: el Coronavirus.
Patricia Soto y Juan Sebastián Fabi son el dúo perfecto. Ella es veterinaria especializada en bioseguridad y él ingeniero electrónico. Construyeron juntos la empresa GEA Bioseguridad que actualmente tiene su taller en Adrogué. Sus artículos son exportados a Perú y próximamente lo harán a Uruguay, Chile, Centroamérica y Europa.
Todo comenzó con los arcos de desinfección para vehículos. La browniana notó que esa era la primera barrera que faltaba a los establecimientos que asesoraba. “Le propuse a mi esposo que me lo fabrique porque todos los que veía estaban mal hechos”, confesó en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Tras una larga investigación, que constó de análisis microbiológicos para probar la efectividad del producto, este resultó ser todo un éxito. En paralelo, comenzaron con el diseño de un túnel de desinfección peatonal que lanzaron al mercado el año pasado.
“Hace un mes y medio que no paran de llamarnos de todos lados”, resaltó. La pareja solía fabricar 50 máquinas al año. Hoy venden esa misma cantidad pero por mes, a raíz del Covid-19. Este crecimiento exponencial los sorprendió y los obligó a trabajar hasta 18 horas por día. Sin embargo, confiesan que están "muy felices" de poder sumar su ingenio a esta lucha.
En medio de la pandemia, resaltó que además ellos pueden emplear sus conocimientos para la creación de protocolos de desinfección en los establecimientos. “Podemos colaborar a que la industria y a que todos volvamos a la normalidad, pero hasta ahora no hemos llegado a tocar con las personas que nos escuchen”, indicó.
Contiene un software que regula la dosis de agua y desinfectante para que se realice una “micro-nebulización”. Esto significa que la partícula tiene el tamaño justo como para no ser aspirada por la persona y que a su vez no sea una molécula tan grande para generar que el peatón se moje. Así, quien pase, eliminará las bacterias de su piel, ropa y calzado.
Un dato clave es que la compañía de Adrogué tiene estrictos estándares de seguridad que la mayoría no poseen. Estos abarcan desde la creación de la propia máquina hasta el tipo de asesoromiento que le brindan a los compradores sobre qué productos emplear.
“Al no estar regulado, hay algunos fabricantes que no asesoran a los clientes y estos le ponen, por ejemplo, alcohol al 70%. Si vos usas eso, puede volar una persona, la podés prender fuego. O también le ponen hipoclorito de sodio, que es la lavandina, y es súper tóxico, corrosivo y aparte daña las vías respiratorias”, advirtió.
Patricia Soto explicó que aún aguardan los resultados para conocer la efectividad del túnel y del arco contra el Covid-19. Están siendo analizados en un laboratorio privado por investigadores del Conicet. Los resultados se conocerán en las próximas semanas.
No obstante, los estudios previos, que efectuaron contra las “enterobacterias”, demostrarían que sí. El motivo es que Anmat sacó una resolución que indica cualquier desinfectante que elimine este tipo de bacterias, ya es útil para combatir el Coronavirus
“Los análisis que tenemos realizados por el INTA señalan que inmediatamente de que pasa un vehículo o una persona por el sistema de nebulización, te baja el 80% de probabilidades de contagio porque mata todos los microorganismos que vos traes por estar en contacto con superficies”, explicó
Además, detalló que el uso de esta máquina tiene un efecto residual. Esto genera que la persona tenga una especie de “burbuja de protección” durante un tiempo después de haber pasado por el túnel.
