A dos años de un trasplante de corazón, Gustavo Chrzanowski formará parte de la delegación browniana que participará en los XI Juegos Argentinos y VIII Latinoamericanos. “Sería hermoso ganar una medalla y conseguir la clasificación al Mundial, pero lo más importante es el mensaje”, destacó en diálogo con De Brown.
Del 15 al 20 de noviembre, en Mendoza, se realizará una nueva edición de los Juegos Argentinos y Latinoamericanos para Trasplantados. Serán 12 los representantes del distrito en la competencia que alberga un total de cuatrocientos atletas. El objetivo es promover la donación de órganos y al deporte como herramienta de superación.
Entre los brownianos que estarán presentes se encuentra Gustavo Chrzanowski, un vecino de Longchamps de 39 años, que sufrió un traspaso de corazón el 16 de julio de 2014. “La vida me dio una segunda oportunidad y hoy me siento mucho mejor que antes del primer infarto”, aseguró en comunicación con www.deBrown.com.ar
A mediados de 2011, mientras nadaba en las instalaciones del Burzaco Fútbol Club, sintió un dolor indescriptible en el pecho. Dicha situación derivó con su asistencia al hospital Oñativia de Rafael Calzada, donde le notificaron que había sufrido un ataque cardíaco.
“Me internaron rápidamente y allí estuve veinte días. Una vez que me dieron el alta comencé con la recuperación. Pasaron ocho meses y me sentía tan bien que decidí volver a nadar”, señaló. Sin embargo, su sistema coronario seguía sin ser el mejor y lo confirmó a través de una ergometría elaborada por su cardiólogo.
“Posteriormente, sufrí tres paros cardiorrespiratorios de los que no recuerdo absolutamente nada. De un momento a otro me desperté en el hospital El Cruce de Florencio Varela rodeado de médicos y cables. Ahí me contaron lo que había sucedido, además de implantarme un desfibrilador, que ante cualquier falla me daría un choque eléctrico para la reanimación”, explicó.
Gustavo debió vivir al menos dos años con ese auxilio, para luego anotarse en la lista de espera para un trasplante. “Acompañado de diversos estudios que no fueron buenos, la Dra. Vanesa Gregorietti me incitó a hacerlo. A los seis meses se comunicó para informarme que había un donante. Me interné el 6 de julio y me operaron el 16”, relató.
La rehabilitación fue toda una particularidad, ya que recibió el alta definitiva apenas diez días después de la intervención. “Lo único que quería hacer apenas salí era volver a ver a mis tres hijos. Por mucho tiempo no pude caminar demasiado, ni manejar, así que estuve recluido en mi casa. Todo cambió cuando conocí a Hernán Sachero”, manifestó.
Chrzanowski se encontró con el reconocido nadador de Burzaco, trasplantado renal, en una charla para pacientes. “Escuchar la historia de vida de él fue lo que me impulsó a pensar que yo también podía. Hablamos cuando terminó la jornada, nos pasamos los teléfonos y hace 6 meses que estamos entrenando”, expresó.
Aunque reconoce que obtener una medalla o la clasificación al Mundial de Málaga son metas que le entusiasman, afirma que su verdadera misión es otra. “Estoy emocionado y va a ser una aventura enorme después de todo lo que viví. Mentiría si dijese que no voy a conseguir algo, pero nosotros ya nos sentimos reales ganadores. Lo más importante es el mensaje que vamos a dejar”, apuntó.
“Tenemos la oportunidad de demostrar la calidad de vida que hay luego de un trasplante. Hay mucha gente en lista de espera que debe tener las mismas dudas y miedos que tuve yo anteriormente. Por eso, es bueno tener referentes como lo fue Hernán para mí”, agregó.
“Antes de infartarme era fumador, no tenía una dieta equilibrada y pensaba que como nadaba tres veces por semana era Superman. Estoy seguro de que si no me hubiese pasado lo que me pasó, no estaría tan bien como ahora. Los seres humanos somos hijos del rigor y es bueno que tomemos conciencia para no llegar al extremo. Yo tengo la suerte de estar acá, pero hay muchos otros que no”, concluyó.