Funciona desde 2010 y tiene más de 3 mil objetos del trío. “Es un humor que nunca tuvo fecha de vencimiento, un humor ágil, evidente”, apuntó Diego Puglisi, su dueño. Conocé su historia.
Los personajes de Los Tres Chiflados se metieron en los años 20’ en todos los hogares estadounidenses. Sin embargo, con el tiempo, se convirtieron en un fenómeno mundial y recolectaron fanáticos en los cinco continentes.
Su humor cautivó el corazón de Diego Puglisi, un vecino de la Región y caricaturista, quien decidió instalar en Adrogué el primer museo de la serie en Iberoamérica. ¿El objetivo? Que nuevas generaciones puedan conocer a este trío.
“Es un humor que nunca tuvo fecha de vencimiento, un humor ágil, evidente”, contó Puglisi en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Todo se remonta a su infancia. Puglisi solía almorzar mirando las divertidas escenas antes de emprender rumbo al colegio. En su juventud, obtuvo el primer objeto que sería la piedra fundamental para su gran proyecto.
“Tuvo su génesis en una corbata que adquirí hace más de 20 años de los Tres Chiflados, una corbata original, y a partir de ese momento empecé a coleccionar todo lo relacionado a los chiflados”, contó.
Paso a paso, fue construyendo este universo y 2006 decidió que era hora de compartirlo con el mundo. Es que, además del que se encuentra en Brown, está solo ‘The Stoogeum’, el museo temático de Filadelfia.
Sin embargo, no fue para nada fácil. Debió durante más de tres años reacondicionar una oficina de Adrogué, sita en Segurola 1152, 1º Piso. Finalmente, el 10 de abril de 2010 inauguró el “Chifladoseo”.
La colección está compuesta por más de 3 mil objetos, tanto del trío como individuales. Publicaciones de diarios y revistas de todas las épocas, artículos de promoción y publicidad, merchandising de todo tipo, fotos, afiches, autógrafos originales, cartas y hasta una réplica en escala humana del actor Shemp Howard.
Eso no es todo. Quienes lo visiten también podrán encontrar objetos personales de los actores. Una de las joyitas del museo es una cámara minolta que pertenecía a Moe Howard y que utilizaba para documentar sus viajes.
¿Pero cómo hizo para armar tal colección? “Es un trabajo de hormiga”, confesó Diego. Detalló que debió recurrir a subastas, sitios especializados y hasta familiares de los personajes. De esta última forma logró sumar uno de los talones que usaba Shemp Howard para cobrar su salario semanal en la productora Columbia.
La entrada general tiene un módico valor de $110, dinero que es destinado al mantenimiento del museo. En el caso de jubilados, estudiantes (con identificación), personas con discapacidad y veteranos de guerra es de $70. Menores de 6 años pasan gratis.
Aquellos que deseen poder conocer este universo, deberán acordar un día y horario con Diego. Pueden hacerlo llamando al 11 5959-1548 o por e-mail a info@chifladoseo.com.
Asimismo, todos los meses se realizan convenciones en el espacio. La próxima tendrá lugar este domingo, 15 de diciembre, a partir de las 10:30.
“Hay verdaderos fans que se quedan horas mirando el material, las carpetas con fotos”, contó y agregó que algunos se emocionan y hasta se les “caen las lágrimas” cuando conocen la exhibición.
El museo es visitado todos los años por fanáticos de todos los países. Sin duda el esfuerzo del caricaturista tuvo sus frutos y su objetivo de mantener vivo el recuerdo de los Tres Chiflados está mas que cumplido.