En un partido vibrante, el equipo de Corimayo venció a Pucará por 30 a 28 como local y se llevó el derby que volvió a disputarse tras dos años de ausencia. Lo justificó con una gran actuación de su defensa y especialmente de su pateador, Juan Querel. El compacto.
Fotos: Gentileza de Mauro Rey y "Mono" Gómez
Los clásicos son encuentros aparte. No importa como lleguen los conjuntos en cuestión al mismo. San Albano fortaleció esa regla y venció a un “Tifón” que llegaba embalado, después de golear a Los Matreros en la primera fecha. Fue victoria 30 a 28 sobre el final, para los de Alejandro Conti.
En los primeros minutos del partido, Pucará logró anotar dos tryes de manera casi consecutiva, primero gracias a Cruz y luego, con una contra muy bien aprovechada por Cappiello. Esto trajo desorden en el local, aumentando la cantidad de penales que terminó con Bockett-Pugh amonestado.
El visitante entendió que era su momento en el partido, arrinconó a Albano y terminó apoyando un nuevo try gracias a un pick and go de Tulio. La conversión de Cruz, dejaba a los de Falucho 19-0 arriba, augurando un final, que no sucedería.
Empujados por su gente, los de Corimayo fueron en busca del descuento antes de que finalice el primer tiempo. Gastón Matlob, terminando una jugada de varias fases, y Querel, aprovechando el ciego, terminaron en el ingoal adversario, para achicar la diferencia a 22-14.
En el segundo tiempo, ocurrió lo que se vislumbraba. El “Tricolor” salió decidido a llevarse el encuentro con grandes ataques y una defensa férrea, aún estando con uno menos por la amarilla a Mac Gaw.
Tres penales del medio scrum Querel y dos del apertura Cruz, ponían el encuentro 28-23. Y a falta de 3 minutos para el cierre, una jugada desde el scrum le permitió a Ormson establecer el 30-28 final.
Así, Albano celebró quedarse con un clásico que no ganaba desde 2011 y la recuperación, luego del debut con derrota ante Pueyrredón. Pucará, por su parte, con la tristeza de caer pese a llegar como el favorito.