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SOCIEDAD
jueves 22 de agosto de 2013

En Brown, las escuelas refuerzan la prevención contra el “Bullying”


La violencia escolar crece y preocupa. Este termino inglés define al maltrato físico y/o psicológico que recibe un niño por otro u otros con el objetivo de someterlo. Para evitar estos hechos, las instituciones locales trabajan con los alumnos para concientizarlos sobre la problemática y ayudarlos, en caso de que lo estén viviendo.

Insultos, burlas constantes, sobrenombres, violencia física, rechazo y amenazas, son algunas de las formas de hostigamientos que se pueden presentar entre pares en las escuelas. Las agresiones crecen y la preocupación de padres, docentes y directivos aumenta. Es que, según estadísticas en el primer semestre de 2013, fueron denunciados más de 780 casos de "bullying" en escuelas del conurbano bonaerense y la ciudad de Buenos Aires.

Los datos fueron revelados por un estudio de la recientemente creada ONG "Bullying Sin Fronteras", dirigida por el abogado Javier Miglino. Los informes dan indicios de que estos hostigamientos en los espacios educativos vienen creciendo y demandan medidas urgentes para frenarlos lo antes posible.

En diálogo con www.deBrown.com.ar la titular de la Jefatura de Inspección de la región educativa V -que comprende Almirante Brown, Esteban Echeverría, Ezeiza, Presidente Perón y San Vicente-, Nora Saporiti, informó que “en Almirante Brown no se presentaron gran cantidad de casos de bullying, pero la violencia está presente en las aulas”. “Estamos trabajando fuertemente con equipo multidisciplinario conformado por  psicólogos, pedagogos y especialistas para concientizar sobre la gravedad de esta problemática con docentes y alumnos y prevenir la aparición de estos hechos, que pueden tener desenlaces trágicos”, aseguró.

Según especialistas, las tres formas de bullying que aparecen con mayor frecuencia son: que hablen mal de la víctima (45,6 por ciento), el insulto o burla (43,4 por ciento) y el uso de sobrenombres (31,7 por ciento). En cuanto al hostigador, las manifestaciones que prevalecen son “insultarlo” (54,2 por ciento), “hablar mal de él o ella” (53,1 por ciento) e “ignorarlo o hacerle el vacío” (36,6 por ciento); mientras que aparece recién en el cuarto lugar “ponerle sobrenombres que lo ofenden” (36,2 por ciento).

"Es una problemática actual que se puso en la mesa y en su momento no se midieron las consecuencias que podía tener. Actualmente estamos alertados sobre esto y no se puede no prestarle atención o minimizarlo sino que se busca trabajarlo con los chicos y en grupo, para hacerle frente", remarcó Saporiti.

La directora de la escuela Nº12 “Bartolomé Mitre” de Adrogué, Laura Gerpe, relató a este medio un caso ocurrido en el establecimiento durante el año pasado que fue detectado y tratado a tiempo. "Trabajamos con el grupo y se hizo hacer un trabajo especial. Logramos que eso que estaba comenzando a convertirse en un posible caso de bullying se solucione, porque los chicos lograron entender el grave daño que le puede causar a su compañero", explicó.

"Es fundamental que la escuela haga la parte que le corresponder y no minimice este tipo de situaciones; también es necesaria  la ayuda de la familia porque la mayoría de las veces todo comienza en las casas, donde los chicos están muchas horas frente en la computadora en las redes sociales", enfatizó.

Una de las formas para prevenir estas situaciones de manera efectiva, es reforzar la comunicación en el seno familiar. El diálogo entre padres e hijos, según los especialistas, es la mejor atención para evitar los conflictos en todos los ámbitos. Para ello, recomiendan "crear un fluido canal de diálogo con los más chicos para conocer mejor a la situación que atraviesan".

"Es necesario estar con los ojos y oídos bien abiertos para saber qué es lo que le está pesando a nuestro hijo o alumno. Hay muchos síntomas que pueden revelan que algo no está bien", remarcó Gerpe.

Es que los chicos que son víctimas de estos tipos de flagelos mayormente están nerviosos, tiene falta de apetito, insomnio, bajo rendimiento escolar, fobia escolar, entre otras cosas. "Necesitamos estar atentos a las conductas extrañas y observar lo qué hacen, dónde van, con quién juegan, cuáles son sus intereses, proyectos. Sabemos que es fundamental un trabajo en la casa y en la escuela para prevenirlo”, enfatizó la directora.

En coincidencia, Saporiti agregó que "es fundamental prestar atención a las situaciones que se presentan y trabajar fuertemente en pos de resolver el problema de forma inmediata para que no termine en desgracia. Sabemos que las escuelas son focos principales y desde ahí buscamos darle soluciones".

"Estamos trabajando fuertemente con los alumnos, los docentes y padres. Durante el mes de septiembre vamos a estar realizando actividades con un grupo del Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo (INADI). En principio, con los inspectores y luego con docentes y los alumnos", completó.

La TV y su mensaje contra el Bullying

La televisión y los medios de comunicación suelen tener un doble mensaje. Por un lado, hacen un llamado a tomar conciencia, a vivir en la diversidad y tener respeto por los demás; que por otro muestran imágenes perfectas, modas, tendencias, y formas de actuar y vestirse, como normas y pautas a adquirir.

Dentro de este combo televisivo, actualmente se está emitiendo en la pantalla de Telefé una producción de Cris Morena llamada “Aliados”, destinada a un público juvenil cuenta la historia de un grupo de adolescentes que -según lo relatan sus protagonistas- "buscan redimir a otras que perdieron su rumbo". La tira exhibe hechos de bullying y el padecimiento de quienes lo sufren. La mirada de quien ejecuta la violencia y quien recibe las agresiones.

Otra serie que también se trasmitió en Telefé fue “Graduados” -que ganó el Martín Fierro de oro- . La novela contaba entre sus múltiples historias, la vida de una joven llamada Jimena que durante su adolescencia sufrió discriminación en la escuela secundaria debido a su sobrepeso. Esa situación la había hecho sufrir tanto que de adulta intentó vengarse de todos los que la habían hostigado.

Para eso, modificó su nombre, su silueta y se obsesionó con su imagen física. Pero, en el final de la historia, supo que la persona que la amaba la iba a querer de cualquier manera y dejó atrás su obsesión: volvió a ser quien había sido y, con sobrepeso, esta vez fue feliz. Es otro claro ejemplo de realidades escolares dentro de las ficciones, una búsqueda por cambiar el rumbo y mejorar la vida de muchos niños y adolescentes que están en etapa de formación.

 

 

 

 

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