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DEPORTES
jueves 28 de diciembre de 2017

“En el Mundial demostré que estaba preparado”


Lo aseguró Gonzalo Espansandín, taekwondista de Calzada. Logró colgarse la medalla de Plata en Lucha y la de Bronce en Formas por equipo, en la Copa del Mundo disputada en Bielorrusia. “Entrené e hice lo correcto para tener este resultado”, reconoció en diálogo con De Brown.

La vida de un deportista amateur en nuestro país es desconocida en su gran mayoría. No viven de lo que practican ni cobran por representar a Argentina en el exterior. Podés cruzártelos en el transporte público, en las calles o puede ser tu vecino.

Aun así, dejan hasta la última gota de sudor para dejar la “Albiceleste” en lo más alto. Gonzalo Espansandín es oriundo de Rafael Calzada y deslumbró a todos en Bielorrusia. No es profesional, pero en su aventura por la medalla de oro en la Copa del Mundo,dejó en el camino a quienes sí lo son.

No conoce los millones ni los lujos. Después de una jornada plagada de responsabilidades llega a gimnasio como uno más. Deja sus pertenecías a un costado, se calza el atuendo, arranca la clase y ayuda con todo al sabonim Gustavo Burgos. Junto a sus pares, practican y disfrutan de hacer taekwondo.

En Europa, el browniano se colgó dos medallas y se demostró que estaba a la altura. El camino no fue fácil. Entrenó fuerte todos los días, a veces doble y hasta triple turno. Se perdió de eventos importantes en su familia, pero no aflojó. En Bielorrusia, Gonzalo disputó su cuarta cita mundialista y cerró un año soñado.

“Me siento muy conforme con mi actuación. Entrené mientras todos hacían otras cosas. Yo mismo me demostré que podía. Era algo personal”, explicó el taekwondista en diálogo con www.deBrown.com.ar.

En lucha, despachó a rivales muy duros hasta llegar a la pelea definitiva por la medalla dorada. En semis dejó en el camino a una potencia como lo es Ucrania.

Cada vez que avanzaba de llave, el argentino empezó a ganar en confianza y a sentirse pleno. Hizo a un lado las presiones y salió a pelearle de igual a igual a cualquiera. Tenía el objetivo bien claro. En la última pelea chocó ante el segundo mejor del mundo. Tal como él anhelaba, cruzarse con los mejores.  

“Fue una final muy cerrada. Había cosas que quería hacer y no me lo permitía por la forma que tenía y había cosas que a él no le salía porque yo no lo dejaba. Sentía que le podía ganar. Fue una excelente pelea. Dimos un buen espectáculo”, relató.

Y agregó: “Ya había peleado con él y está vez me sentí mucho mejor. Si no hubiera sido por la lesión, podría haber sido para cualquiera”. Tanto fue así que, en los entrenamientos cambiaba de sparrings para sentir que luchaba con él. Por otra parte, resaltó la importancia de tener al coach en el rincón para marcarle los errores de la pelea.

Perdió la chance de colgarse la medalla más brillante por una lesión en su pierna durante la mitad del segundo round. “Cuando el médico me dijo que no podía seguir, quería seguir igual y terminar como sea. Probé de pararme, pero no podía”, lamentó. Años atrás, Gonzalo fue operado de la pierna.

“Estar con la bandera argentina en el podio y que digan tu nombre ante las mejores potencias, es emocionante. Si bien estaba preparado, cuando bajé la presión me di cuenta de lo que había conseguido”, exclamó.

El segundo galardón llegó al otro día, pero como consecuencia, quedó como suplente en el equipo de lucha que comparte con los taekwondistas del Instituto Mu Deuk Kan. “Sabía que me la iba a perder. Asimismo, le enseñé técnicas al chico que me reemplazó entre los titulares”, señaló.

Con el tercer puesto obtenido por sus compañeros Lucas Trinidad, Pablo Marciano, Nahuel Álvarez y Matías Deantoni, consiguió subirse al podio para medirse también la de bronce. “Fue super gratificante. Es el mejor año de mi carrera. También salí campeón en el Panamericano en lucha”, afirmó.

Gonzalo Espansandín junto al sabonim Gustavo Burgos

Ya más tranquilo, frente a sus alumnos, viviendo nuevamente su día a día como si nada hubiera pasado, aun rengueando por la molestia que guarda en una de sus piernas, el oriundo de Calzada señaló que “la familia es el sponsor más importante”.

Así es la vida de un deportista amateur. Consiguiendo logros grandísimos para el taekwondo nacional, pero nunca olvidándose de sus seres queridos. “Podés perderte un montón de cosas, pero si tu familia no te entiende, no vas de la misma manera a entrenar. El apoyo es fundamental”, reconoció.

 

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