Se trata de Esteban García, ex deportista de Quilmes. "Acá se apunta mucho a la educación, pero no sacan de foco los deportes. Es un equilibrio que quizás en Argentina deberíamos absorber", explicó a De Brown.
Para muchos, dejar la actividad como futbolista profesional puede ser muy traumático, pero para otros se convierte en la puerta a nuevas aventuras. Este es el caso de Esteban García, quien luego de colgar los botines decidió seguir ligado al deporte desde otro ángulo.
El oriundo de Longchamps, que supo debutar en Quilmes y jugar partidos de Champions League, se encuentra en Xian, China, compartiendo sus conocimientos con futuros talentos. Allí realiza clínicas y charlas para entrenadores de fútbol y profesores de educación física.
"El proyecto es a largo plazo y tiene como objetivo formar a los jugadores de nivel inicial y juvenil. Es un desafío muy importante a nivel profesional", explicó el browniano en diálogo con www.deBrown.com.ar desde la capital de Shaanxi.
Si bien es una experiencia nueva, no es la primera vez que se encuentra en el continente trabajando. Es que el plan llevado adelante por la empresa Rainbow Internacional había inicialmente comenzado en 2020, pero García debió regresar porque se desató la pandemia de Coronavirus.
"Tenía muchas ganas de volver, pese a las limitaciones fuertes con el idioma, el cual estoy estudiando. Tengo muchas expectativas y un deseo enorme de crecer y poder vivir un tiempo largo en este país, ese sería otro paso importante: poder traer a mi familia conmigo", reconoció.
En Argentina, desde muy pequeños, tanto los chicos como las chicas crecen pasando tiempo con la pelota sin importar el lugar. Es habitual recorrer los barrios y encontrar a los potreros, las plazas o las canchas repletas. Sin embargo, en China no es común.
"La diferencia más notable es la cultura social. Acá se apunta mucho a la educación, pero no sacan de foco los deportes dentro de la misma, forman a los jugadores y entrenadores para competir a nivel escolar. Es un equilibrio que quizás deberíamos absorber. Nosotros nos vamos al otro extremo y hacemos que nuestros niños apuesten mucho al fútbol y poco al estudio", advirtió.
Realizó baby fútbol en el club Esperanza de Longchamps y luego recaló en Quilmes donde hizo todas las inferiores y llegó a debutar en Primera División con 20 años. También jugó en el equipo de Atlético Rafaela cuando perdieron la final del ascenso ante Gimnasia de La Plata.
En cuanto a su estadía en Europa, emigró al Dinamo Tirana de Albania y disputó la Champions League. En su regreso al país, vistió los colores de Estudiantes de Río Cuarto, Deportivo Español y colgó los botines en Cañuelas tras cuatro años en la institución.
