Algunas personas obligatoriamente deben recurrir a ella porque padecen esta enfermedad, pero otras deciden incorporarla por su contenido balanceado para la salud. El problema radica en que este tipo de alimentación no sirve para todos por igual y es necesario consultar al médico previamente para hacerlo correctamente.
Cada vez son más quienes eliminan al gluten de sus comidas por la presencia de ciertos síntomas digestivos, pero otros los hacen incluso estando completamente sanos. Especialistas advierten sobre la dificultad que acarrea automedicarse e incentivan a realizar la consulta médica correspondiente.
La celiaquía es una dolencia que altera o disminuye la absorción de los nutrientes de los alimentos, tales como proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas. Por lo que supone la restricción del uso del gluten y sus derivados. Actualmente, muchos ciudadanos se suman a este régimen específico, creyendo que colabora en el descenso de peso.
La problemática radica en que evadir estos productos se traduce en una opción poco saludable, porque se estarían evitando alimentos que, en su justa medida, son beneficiosos para la salud. Aunque en un primer momento dejar de comer harinas, pastas e hidratos de carbono permitiría adelgazar, a largo plazo evidenciaría un faltante de nutrientes esenciales.
La situación es diferentes para los celíacos, ya que presentan intolerancia permanente al gluten, es decir, a un conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC). La padecen tanto niños como adultos, aunque con mayor presencia las mujeres.
En nuestro país se estima que una de cada 100 personas puede sufrir esta enfermedad que es hereditaria y debilita la capacidad del intestino para absorber los nutrientes en forma adecuada.
Entre las manifestaciones más comunes se encuentra la desnutrición, el vientre hinchado y la anemia. Pero en los casos más graves, se advierte raquitismo; esterilidad; osteoporosis; abortos a repetición; depresión; anorexia intensa y tumores.
Desde la Asociación de Celiaquía Argentina explicaron que dicha dolencia es una condición autoinmune, es decir, que el sistema de defensa de los celíacos reconocería como "extraño" o no perteneciente al organismo, al gluten, y produciría anticuerpos o "defensas" contra el mismo.
Estos anticuerpos provocarían la lesión del intestino con destrucción o atrofia de su mucosa (capa interior del intestino), produciéndose una alteración en la absorción de los alimentos.
Por lo que el único tratamiento posible es una dieta estricta y de por vida sin TACC. “Con una dieta correcta, segura y permanente, el celíaco, puede alcanzar los niveles nutricionales que había perdido y lograr con ello su total desarrollo físico y neurológico”, manifestaron desde la entidad.
En este aspecto, informaron que la prescripción de esta dieta sólo debe realizarse si existe una sospecha de intolerancia a esta proteína o por el resultado de estudios clínicos, como una biopsia intestinal que la confirme.
En resumen, es un mito que la dieta celíaca sea baja en calorías. En cambio, sus consecuencias, en un individuo sin diagnóstico, pueden ser indeseadas. Lo cierto es que con tan sólo reducir la cantidad de harinas que se consumen diariamente, se pueden notar mejoras, no es necesario eliminarlas por completo como si se padeciera esta enfermedad.