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AÑO 12 - EDICIÓN Nº 2326
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SOCIEDAD
viernes 3 de mayo de 2013

“Le pagué, le di propina. Y lo perdoné después de 30 años”


Así lo contó Carolina Ortega, a quien un viaje en taxi le cambió la vida. En el rápido y desesperado trayecto desde el Congreso de la Nación hasta Burzaco, se reencontró con su padre que no veía hace 30 años. Con una mezcla de emoción y alegría, compartió con De Brown el recorrido que le devolvió la identidad . "Reconocí en el chofer mis propios ojos", expresó.

La historia se conoció en varias partes del mundo. La protagonista se llama Carolina Ortega, tiene 36 años, y es asesora del diputado nacional Felipe Solá. La joven periodista conversó con deBrown.com.ar y, en una charla amena, relató aquel viaje que le cambió la vida.

Es que en un desesperado trayecto desde Congreso de la Nación hasta Burzaco- donde vive su mamá-  se reencontró con su padre después de 30 años sin verlo.

“La noche del 17 de abril pasado me encontraba trabajando. Recibí un llamado inesperado: mi mamá había sufrido un incidente en su casa de Burzaco. Así que me necesitaba de urgencia y decidí ir para allá. La mejor opción fue tomarme un taxi”, relató.

Una vez en viaje, Carolina nos cuenta que se puso a realizar llamadas porque estaba muy intranquila con el suceso que había atravesado su mamá. “Como suele pasarle a cualquiera, ni mire quién me lleva. Sólo quería llegar”, admitió.

De repente el chofer le dice: "Conozco la zona”, al referirse al barrio de Burzaco que Carolina había mencionado en cada una de sus llamadas. El viaje se volvía más desconcertante. No sabía que quien la llevada era su padre.

“Me extrañó mucho cuando me dijo que conocía el barrio, mencionó al club Pucará y calles que sólo conoce quien vivió por allí. Y se la pasó fumando, nervioso, y tocando bocina en los semáforos. El auto volaba, estaba apurado", recordó.

Carolina siguió haciendo llamadas, pero una sensación de intriga y de “no sé qué” la llevó a mirar al chofer a través del espejo retrovisor. Y de repente... lo inesperado: "Reconocí en el chofer mis propios ojos. Fue increíble”, expresó. Y el cartel de identidad del taxi lo confirmó todo: tenía su nombre. Sí, el nombre de su padre, a quien reconoció de una sola mirada.

"Cerré una etapa de mi vida ahí", expresó la joven en diálogo con este medio. Conmovida, aseguró estar tranquila porque "era lo que tenía que pasar". "Dejé que todo fluya. El futuro quiso que en ese momento y en ese lugar nos volvamos a ver después de 30 años que se separó de mamá y abandonó casa", agregó.

Muchas sensaciones pasaron por su ser en ese momento, según relata. "No sabía qué hacer, si preguntarle quién era o si insultarlo y bajarme del auto. Pero no. El faltó un montón de tiempo en mi vida porque mis viejos se habían separado de forma muy conflictiva. No fue fácil seguir con nuestra vida en casa", contó.

Cuando llegaron a destino, le pagó el viaje y bajó del auto. Carolina se contuvo de contarle el suceso a su madre. Fue a la madrugada cuando la joven dio a conocer su historia a través de la red social Twitter, en una catarata de mensajes que le permitieron realizar una catarsis virtual.

"Le pagué, le dí propina. Y lo perdoné", fue el último twits publicado casi al amanecer. Sus publicaciones llegaron al corazón de millones de usuarios que se solidarizaron con ella y le enviaron "fuerza" para interiorizar el momento que estaba atravesando.

"Mi vida cambió y hoy me siento muy bien. Si la vida quiere que nos volvamos a ver será así", concluyó.

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