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AÑO 11 - EDICIÓN Nº 1953
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miércoles 24 de abril de 2024

"Neira", la bicicletería de Longchamps con una historia de más de 50 años en el barrio


Fue inaugurada en 1971 por el padre de la actual dueña. "Seguir con su local y ser su hija me llena de orgullo", afirmó a De Brown. Conocé cómo se originó.

Desde su esquina en Chiesa y San Martín, la bicicletería "Neira" vio el crecimiento de Longchamps con el paso de las décadas. El histórico local de la estación de la localidad abrió sus puertas hace 53 años y, desde entonces, sigue vigente como un legado familiar.

¿Cómo surgió?

Tras nacer en Chilecito, ciudad de la provincia de La Rioja, Pedro Neira se mudó a Buenos Aires en busca de nuevas oportunidades laborales. Mientras trabajaba en distintos sitios, conoció a un hombre cerca de la planta de La Serenísima que le enseñó el oficio.

“Él tenía muchas ganas de aprender. Así fue que, en abril de 1971, dijo que era el momento de arrancar solos y abrieron la bicicletería junto a mi mamá”, explicó Claudia, hija de los fundadores de "Neira", a www.deBrown.com.ar.

En esa línea, la vecina de Longchamps continuó: “Mi papá estuvo trabajando hasta que falleció. Después, la alquilamos unos años y el hombre no quiso renovar el contrato. Me daba mucha pena cerrar el local, así que me puse al frente desde el 2021”.

Claudia reconoció que, en un principio, estaba “media reacia” a seguir con la bicicletería al considerar que no sería lo mismo sin Pedro. Sin embargo, ese pensamiento quedó atrás y enfatizó que ahora está “feliz y orgullosa” con la decisión tomada, ya que le permite rendirle “una especie de homenaje”.

En esa línea, recordó que pasó muchos años de su infancia y juventud en el local familiar y aprendió a armar ruedas o emparchar porque se entretenía mirando cómo lo hacía su papá. “Salía del colegio y estaba todo el tiempo con él”, detalló.

“Muchas personas vienen y me cuentan que mi papá les hizo su primera bicicleta. Otros que no tenían plata y él se las arreglaba igual o se las cambiaba por una torta frita. Me dicen que era muy bueno. Seguir con su local y ser su hija me llena de orgullo”, subrayó Claudia.

Media década

Si bien la segunda generación está al frente del local familiar, la tercera ya comenzó a involucrarse y permite el soñar llegar al siglo de historia. “Mi hija estuvo un tiempo y mi hijo sigue acá. Le gusta, pero hacer cosas más nuevas y no tanto arreglos como mi viejo”, añadió Claudia a este medio.

 

 

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