Tanto la fiscalía como la parte acusadora, coincidieron en solicitar la pena máxima para los imputados por el homicidio del empresario Carlos Rodríguez Frers. En la audiencia, previo a la lectura de los alegatos, declararon una empleada de Codesear y un chofer de la empresa de recolección de residuos de Almirante Brown, quien vio el automóvil en el que encontraron muerto al hombre el 16 de septiembre de 2013.
En la tercera jornada del juicio que se lleva adelante por el crimen del empresario Carlos Rodriguez Frers, el fiscal Pablo Pando pidió que se condene a prisión perpetua a los dos imputados en el caso: Horacio Alonso Sambrana y su cuñado Martín García. Ambos son juzgados por “homicidio en concurso real con robo agravado”.
El pedido fue hecho ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8 de Lomas de Zamora como parte de los alegatos del proceso judicial por el asesinato de quien fuera socio de la empresa de seguridad privada Codesear, encontrado muerto hace dos años en las inmediaciones del Parque Industrial de Burzaco.
Previo a la lectura, declaró una telefonista de la compañía. Según expuso, el día de la desaparición había respondido varias llamadas telefónicas hechas por la esposa de la víctima -Julieta Fernández-, quien se comunicó preocupada ante la falta de noticias de su marido.
Luego, ofreció su testimonio un chofer de la empresa de recolección de residuos de este distrito, quien vive en la zona del hallazgo y en la madrugada del 16 de septiembre vislumbró el automóvil de Rodríguez Frers, una motocicleta y dos personas allí cerca.
Para su exposición, Pando tomó en cuenta particularmente la declaración de la pareja del fallecido, quien el martes sostuvo ante los magistrados que su esposo tenía “una relación de amistad” con Sambrana y además recordó el momento en que un hombre ingresó a su casa de Fonrouge al 600, en Villa Galicia, la amenazó, ató y luego comenzó a buscar dinero en la vivienda.
Por otra parte, se basó en el aporte hecho por un joven que trabajaba en el área de cobranza de la compañía, Cristian Rolón. En su relato, señaló que la noche del hecho salió de la oficina junto con Rodríguez Frers y, después de pasar por el domicilio de una amiga, fueron a la casa de Sambrana y García con el objetivo de “arreglar algo sobre una deuda”.
En coincidencia, los abogados por parte de la querella, Manuel Beccar y Jorge Rassó, también pidieron la pena máxima. La defensa de Sambrana puso en duda la participación de su defendido en el crimen y pidió la absolución. En cuanto a García, negaron la responsabilidad en el homicidio y sólo le adjudicaron el “robo calificado” por el episodio sucedido en la casa del matrimonio.
El caso
El crimen por el cual se los imputa ocurrió el 15 de septiembre de 2013, cuando Rodríguez Frers fue encontrado muerto con golpes en la cara y signos de asfixia dentro de su Chevrolet Astra. El automóvil, donde se encontró una bolsa de nylon, estaba estacionado en Paraná al 1100, en Burzaco, en las inmediaciones del Parque Industrial.
De acuerdo al informe de la autopsia, quedó determinado que el hombre murió como consecuencia de “una asfixia manual” después de sufrir heridas en varias partes del cuerpo.
Rodríguez Frers era socio de la empresa de seguridad privada Codesear, que opera en el sur del Conurbano. Allí, horas antes del hallazgo de su cadáver, dos personas entraron a robar en la vivienda y se llevaron dinero y alhajas, entre otros objetos de valor.
Tras la investigación llevada a cabo por la comisaría 2° de Almirante Brown, García quedó señalado como sospechoso. Luego de varias averiguaciones, fuentes policiales confirmaron que fue un chofer de la empresa y había sido despedido en junio de ese año. Su salida, según testificaron otros socios y los propios compañeros, no había sido en buenos términos.
Durante la etapa investigativa, se guiaron dos hipótesis: la más débil, apunta a que la víctima debía dinero y que su crimen fue un ajuste de cuentas; la otra sostiene que lo ocurrido fue en respuesta a una deuda financiera que Codesear tendría con el ex empleado.