Cada vez más personas se sienten ignoradas por el uso excesivo del Smartphone que presentan sus parejas. Especialistas llaman a “no demonizar” al aparato y promover el diálogo interpersonal.
Está comprobado que la tecnología mejoró la vida de la población en amplios aspectos alrededor del mundo. Pero de la promesa de contribuir a la comunicación instantánea, paradójicamente los vínculos cercanos se vieron en desventaja.
Según datos recientes revisamos nuestros celulares, en promedio, unas 47 veces al día. La cifra asciende a 82 en jóvenes de entre 18 y 24 años. La principal consecuencia es que el usuario adicto a las redes sociales tiende al aislamiento, la depresión y la ansiedad.
“Tu celular o yo”. El problema del “amor” a los smartphones, que hace que muchas personas presten más atención a los dispositivos que a sus parejas y amigos, es un fenómeno que no tarda en extenderse.
Sin embargo, consultada por este tema la psicóloga María Cristina Castillo (MN 25.380) desmitificó ante www.deBrown.com.ar la predicción al sostener que “ninguna pareja se descuida por un teléfono”. “Si hay una dificultad, se va a acentuar con el uso del celular, pero no por el objeto en sí”.
Y, remarcó: “Obviamente que es más fácil comunicarse con un aparato porque no te responde. Es un elemento que no tiene vida con el cual es más fácil relacionarse porque no hay que poner el esfuerzo de nutrir un vínculo humano”.
De todas maneras, según un estudio del Pew Research Center, el 42 por ciento de la comunidad de entre 18 y 29 años admitió que la tecnología es una distracción dentro de la pareja. En el caso de las personas que oscilan 30 y 49 años, el porcentaje disminuye considerablemente: sólo el 29 por ciento lo reconoce como un problema.
A modo de recomendación, Castillo insistió en “no demonizar” al celular o la red social. “Si alguien te quiere ignorar, lo va a hacer con cualquier excusa, el tema es indagar en el por qué”, precisó.
Además, aconsejó profundizar el diálogo: “Cuando a uno le molesta algo de su pareja hay que inquirir sobre eso, reclamar atención y exponer cómo nos hace sentir esa situación”, enumeró a este medio.
La profesional se especializa en la terapia de parejas, entre otros estudios. A partir de su experiencia y contacto diario con sus pacientes, detectó que el fenómeno prevalece en “adultos jóvenes de entre 30 y 40 años”. “La consulta siempre es porque algo se perdió y está la ilusión de restablecerlo”, expresó.
Consejos
A partir de la detección del comportamiento, existen algunas actitudes para implementar: